¿Por qué vemos una sombra en la parálisis nocturna?

Figura sombría esperando en la puerta con luz verde.

Tradicionalmente, en las parálisis nocturnas, lo que antes se llamaban pesadillas, hay una figura que te vigila, se sienta en la cama o sobre el pecho. En la actualidad, los testigos suelen informar de siluetas sombrías con forma de personas, que en algunas adquieren un aspecto reconocible, las llamadas "gente sombra", pero ¿qué provoca su aparición?

Alucinaciones del sueño

Figura sombría arrastrándose por el suelo hacia la puerta y mirando al espectador.

Estas visiones son alucinaciones visuales hipnogógicas y/o hipnopómpicas, es decir, que ocurren en la fase de transición del sueño en el que estamos a punto de dormirnos o despertándonos, respectivamente. Son un estado relacionado con la fase del sueño REM (Movimientos Oculares Rápidos). Por ello, se inhibe el tono muscular esquelético, es decir, los músculos que podemos controlar voluntariamente. En consecuencia, la persona es consciente de lo que ocurre a su alrededor pero no puede moverse ni hablar, pudiendo inducir un ataque de pánico. 

Parálisis

En esta experiencia, coexisten las características de la fase del sueño REM y la transición con la vigilia. Se razona que, a partir de este conflicto, se produce el fenómeno de la parálisis nocturna. La inmovilidad es propia del sueño, cuando estamos dormidos y donde la respiración es automática. En el periodo transitorio donde en el que aún/ya no estamos dormidos, en la parálisis nocturna, estas dos condiciones se mantienen: el cuerpo no responde a las ordenes de moverse, no se puede hablar y lo mismo ocurre con la respiración. Entonces ocurre algo similar a cuando se agotan las pilas del mando a distancia, pero nos negamos a aceptarlo, apretando el botón más fuerte. El cerebro recibe señales aferentes de que el cuerpo está quieto, mandando señales eferentes que ordenan el movimiento, pero al recibir la misma respuesta, repite su acción. De esta manera, al fallar la autorregulación, se producen espasmos y rigidez, mientras que con la respiración automática se siente presión en el pecho, dolor y dificultad para respirar.

Gente sombra

Figura sombría, que proyecta sombra en el suelo, en el umbral de la puerta.

En la visión de gente se postula la acción de la unión temporoparietal y el receptor serotoninérgico 2a (5-HT2aR), incluyendo las conexiones de la primera zona y la presencia del receptor en distintas áreas del cerebro. En la unión temporoparietal era una de las zonas donde se indicaba la presencia de neuronas espejo. Se ha cuestionado su existencia como tal y su acción individual en respuesta a las acciones de otro individuo. No obstante, se justifica que esta zona actúa como un reflejo, permitiendo tomar una perspectiva ajena y, en los sueños, incluso ser dos personajes opuestos.

Se argumenta que la corteza prefrontal y la regulación aferente de los miembros, es decir, las información sensorial que reciben de estos, inhibe su actividad. Sin embargo, en la parálisis nocturna no actúa y permite que se desligue el "yo" del cuerpo. De esta manera, se visualizaría un intruso sombrío a partir de la imagen de uno mismo.

Corteza prefrontal, orbitofrontal y unión temporoparietal marcadas en el cerebro.

Simultáneamente, tenemos la actividad de la serotonina en los receptores 2a que median en alucinaciones visuales, el miedo excesivo y las experiencias extracorporeas, muy concentrados en zonas como la corteza visual, los centros límbicos, la corteza orbitofrontal y la amigdala. Estos receptores influencian selectivamente la autorrepresentación en las zonas frontoparietales. Además, su activación permite dar un sentido transcendental a estímulos sin sentido.

La vigilia lleva a la activación de las neuronas productoras de serotonina con la debida excitación de la corteza. En la parálisis nocturna, hay una sobreactividad transitoria de la serotonina que lleva a un desvelo perceptual y produce alucinaciones. En contraste con las alucinaciones dopaminérgicas, en las alucinaciones serotonérgicas se puede a ser consciente de que se está alucinando. A través de la corteza orbitofrontal derecha, conectada con la amigdala, se valora la carga emocional del estímulo.

Hemisferio derecho

Estructuras del sistema límbico, en inglés.

La mención de la corteza orbitofrontal derecha, y no la izquierda, no es casual. Por lo general, los estímulos son interpretados primero por el hemisferio derecho, que lo analiza de forma general, buscando diferencias y patrones, reconociendo caras y su significado, mientras el izquierdo lo analiza luego con detalle. La corteza orbitofrontal derecha está mejor conectada que la izquierda a los centros límbicos, relacionados con las emociones, vinculando así lo que ve con una reacción emocional. La corteza prefrontal derecha, en cambio, regula a través de la vía hipotalámica-pituitaria la excitación corporal autónoma. La amigdala derecha, junto al hipocampo y la circunvolución del cíngulo anterior derechos, es fundamental en el trauma psicológico y la hiperexcitación.

Entre ambos hemisferios, el derecho es más realista y cauto, mientras el izquierdo tiende al optimismo, la intrepidez y una imagen absurdamente positiva de sí mismo. En base a la secuencia de estímulos, hay un tira y afloja entre ambos hemisferios. En situaciones peligrosas, gracias al hipotálamo se produce el miedo, la huida o la parálisis, mientras la circunvolución del cíngulo anterior se mantiene activa para permitir un cambio de estrategia.

Por lo tanto, en la parálisis del sueño, la visión de siluetas oscuras, sin detalles, es consecuencia de la observación general del hemisferio derecho. La inmovilidad y la opresión en el pecho contribuyen en alimentar el miedo por el que este hemisferio prevalece sobre el izquierdo, que además se quedaría pendiente de analizar multitud de detalles. El cerebro baraja explicaciones que pueden ser secuencialmente más catastróficas, aunque sean irracionales, forzando a sentir que la presencia debe estar ahí. Las formas simples, como sombras, deben ser formas del sistema visual para ahorrar recursos mientras se analiza de escena, pero a su vez los hace más terroríficos, intangibles, ajenos a nuestra realidad y suele situarlos en puertas y ventanas, donde el cerebro buscaría una huida.

Fuente

  • Jalal, B. (2021). “Men Fear Most What They Cannot See.” sleep paralysis “Ghost Intruders” and faceless “Shadow-People”—The role of the right hemisphere and economizing nature of vision. Medical hypotheses, 148, 110521.

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2 Comments
  • Marcos
    Marcos 16 de enero de 2024, 11:38

    He conocido de primera mano el testimonio de una persona que sufrió una experiencia "de sombra" que responde a todo lo que explicas sobre lo que siente quien sufre la parálisis. La opresión sobre el pecho fue lo que más le costó soportar, no por dolor sino por la sensación de que algo se sentaba sobre su torso.
    En fin, bastante espeluznante, pero tu artículo es realmente bueno y te felicito.
    Te invito a comentar alguno de mis posts.
    Muchas gracias.

    • TDI
      TDI 16 de enero de 2024, 18:41

      Es muy frecuente, especialmente en mujeres. Me imagino que quizás por eso la súcubo, que actuaba sobre hombres, es una invención posterior al íncubo.

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