¿Cómo puede una oruga convertirse en una mariposa?
La metamorfosis es un proceso fabuloso, capaz de cambiar de tal forma a un organismo que la larva y el adulto podrían parecer dos especies distintas. Cuando la oruga se encierra en su crisálida, su interior es líquido y es difícil saber cómo esa masa reconoce dónde y cómo crecer, ¿cómo se reorganiza para convertirse en mariposa? ¿Cómo se transforma cada segmento?
No únicamente las mariposas
Cuando comparamos a una oruga con su etapa adulta, tan solo se parecen en su cuerpo alargado, pero ni tiene la misma forma, ni mismo número de patas, antenas, ojos y, mucho menos, alas u órganos sexuales. Ni siquiera comparten su estilo de vida pues, mientras las orugas se zampan hojas y crecen pasando por varios estadios, las mariposas beben fluidos, en el caso de conservar la capacidad de alimentarse, y viven para reproducirse.
Aunque sean los más conocidos, pues sus distintas fases conviven con nosotros en un entorno fácilmente visible, no son los únicos con esta forma de vida. De hecho, los insectos se clasifican en dos grandes superórdenes según si cumplen o no estas premisas. Los hemimetábolos o exopterigotos realizan una metamorfosis incompleta y durante toda su vida tienen una forma y estilo de vida similar, presentando alas externas. Sirvan las cigarras como ejemplo que, aunque pasen largos periodos bajo tierra, en esencia tienen una morfología parecida que maduran para poder alzar el vuelo y reproducirse. En cambio, los holometábolos o endopterigotos realizan una metamorfosis completa en una fase de pupa.
Los endopterigotos incluyen a los himenópteros (hormigas, avispas, abejas, sínfitos), megalópteros (siálidos, coridálidos), neurópteros (hemeróbidos, Myrmeleontiformia), rafidiópteros, coleópteros (escarabajos), estrepsípteros, tricópteros o frigáneas, lepidópteros (mariposas y polillas), dípteros (moscas, mosquitos, típulas y tábanos), mecópteros (moscas escorpión) y sifonápteros (pulgas). Es posible que solo hayas oído hablar de himenópteros, coleópteros, lepidópteros y dípteros, pues constituyen 785000 especies frente a las 65000 del resto de órdenes. Además son los más estudiados, con la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) como reina indiscutible.
Ha estado siempre en el interior
Las células de la larva no se reordenan para formar el adulto, ni las estructuras comunes se transforman. En cierto modo, el adulto ha estado siempre en el interior de la larva y es en la metamorfosis cuando se manifiesta. En los insectos endopterigotos, las larvas contienen cúmulos de células primordiales que pueden tomar la forma de discos imaginales en la epidermis. Estos pueden ser visibles en los dos últimos estadios antes de la metamorfosis. Suelen situarse próximas a las estructuras a las que van a sustituir, como los ojos, patas y antenas, o junto al lugar que ocuparan finalmente, como las alas, junto al mesotórax y metatórax, y genitales, junto al segmento abdominal correspondiente.
Fuente
- Truman, J. W. (2019). The evolution of insect metamorphosis. Current Biology, 29(23), R1252-R1268.