El posible origen parasítico de los cánceres transmisibles
Mediante el crecimiento y la metástasis, un cáncer puede invadir otros tejidos, pero algunos pueden alcanzar otros individuos o especies. El ejemplo más conocido es el tumor venéreo transmisible de los perros, donde son las propias células cancerosas, no otro agente causante de neoplasias, las diseminadas y causantes del cáncer en otro individuo. Estos cánceres son excepcionales pero, ¿y si fueran especies aparte?
Cánceres transmitidos clonalmente
Aparte del mencionado, hay otros cánceres transmitidos clonalmente: el tumor facial del demonio de Tasmania (Sarcophilus harrisii), el sarcoma de células reticulares del hámster sirio (Mesocricetus auratus), la leucemia de la almeja de Nueva Inglaterra (Mya arenaria) o cánceres de bivalvos como el Mytilus trossulus, el berberecho común (Cerastoderma edule) y el Polititapes aureus, que en este último caso se transmitió al Venerupis corrugata.
Especie simplificada

Estos cánceres se han adaptado para persistir y transmitirse con mayor eficiencia, como demuestra el presente en los perros, que ha acompañado a la especie durante milenios. En este proceso, se requeriría una simplificación de su genoma que se deshiciera de genes que limitaran el crecimiento cancérigeno, como la supresión de tumores o la apoptosis o muerte celular. La hipótesis SCANDALs (Speciated by CANcer Development AnimaLS, "especiados por animales que desarrollan cáncer") propone que deriven de los parásitos cnidarios Myxosporea.
Como cnidarios, Myxosporea comparte filo con las medusas, corales y anémonas, pero se han simplificado tanto que son totalmente dependientes de un huésped. Estos infectan a peces e invertebrados, principalmente anélidos. Las células responsables del cáncer transmisible podrían haber estado presentes en sus cnidocistos, que en las medusas y anémonas clavan el dardo urticante. Estas podrían haber sido células totipotentes, es decir, capaces de dirigir el desarrollo total de un organismo; precursores de células cnidoblásticas del ectodermo o células cnidoblásticas que hubieran recuperado la proliferación celular. En algún momento tras perder los genes que contienen la multiplicación descontrolada, habría parasitado a un organismo, donde habría obtenido la capacidad de transmisión.Por supuesto, es perfectamente posible que se perdieran estos genes, entre otros, como producto de una simplificación general. Después de todo, estos no se han perdido en mayor medida que otros grupos de genes, pues se trata de los cnidarios con el genoma más pequeño. No obstante, parece ser que los nematocistos balísticos que tienen Myxosporea, entre otros cnidarios, hubieran sido adoptados, como ocurre con los cloroplastos y mitocondrias en las células eucariotas. Es decir, serían antiguos protistas adquiridos en la antigüedad, donde desarrollaron la multicelularidad, diferenciando a este filo.
El cáncer, una especie aparte
Esta es una propuesta similar a la que defendió considerar a las
células HeLa, de origen humano, una especie aparte. De hecho, se ha sugerido que los
cánceres en su conjunto pudieran considerarse una forma de especiación, siendo
esta su causa común. En cuanto a la hipótesis SCANDAL, existe la posibilidad,
pero actualmente las pruebas a su favor son insuficientes.
Fuentes
- Panchin, A. Y., Aleoshin, V. V., & Panchin, Y. V. (2019). From tumors to species: a SCANDAL hypothesis. Biology direct, 14, 1-10.
- Van Valen, L., & Maiorana, V. C. (1991). HeLa, a new microbial species. Evolutionary Theory, 10(2), 71-74.
-
Duesberg, P., Mandrioli, D., McCormack, A., & Nicholson, J. M. (2011).
Is carcinogenesis a form of speciation?. Cell cycle, 10(13),
2100-2114.