Las células inmortales de Henrietta Lacks
Los investigadores médicos usan cultivos de células humanas en el laboratorio para aprender los entresijos del funcionamiento de las células y el tratamiento de enfermedades. Las líneas celulares que necesitan son "inmortales" - pueden crecer indefinidamente, ser congeladas durante décadas, divididos en diferentes partes y compartidas entre los científicos. Sin embargo, las células tienen un periodo de vida limitado y por lo tanto, no se podía hacer un cultivo permanente. Hasta que se encontraron unas células que podían superar el límite de Hayflick y evitar la apoptosis. En 1951, un científico del Hospital Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, creó las primeras células humanas inmortales con una muestra de tejido tomada de una joven negra con cáncer de cérvix. Esas células, llamadas células HeLa, se convirtieron rápidamente en una investigación médica insuperable - aunque sus donantes siguen siendo un misterio durante décadas.
Henrietta Lacks fue una agricultora de tabaco del sur de Virginia que contrajo cáncer de cérvix, debido al virus del papiloma humano 18, cuando tenía 30 años. Tras notar sangre en su ropa interior se dirigió al ala para negros del hospital Johns Hopkins, donde le diagnosticaron cáncer. Le dieron 8 meses de vida. Tras varios tratamientos fallidos, su ginecólogo le pidió a su marido la autorización para recoger una muestra. Pero ante la negativa de este, le convenció diciéndole que era para una investigación, y que mediante su estudio podrían ayudar a futuras generaciones, incluidos sus hijos. El tejido llegó a George Gay, un investigador que buscaba una manera de vencer al cáncer.
Nadie sabe como, pero las ćelulas nunca murieron. No solo se reproducían y ejercían todas sus funciones, sino que además, ni siquiera envejecían. Se observó que una sola célula bastaba para contaminar cualquier muestra. Esto proporcionó bastantes problemas, ya que aunque ya lo anunció Walter Nelson-Rees, podían contaminar todas las muestras y alterar los resultados de las pruebas. A pesar de que en principio le ignoraron, 30 años después descubrieron que tenían razón y habían desperdiciado millones de dólares.
El mismo día de su muerte, fue cuando el investigador George Gey apareció en la televisión nacional con las células HeLa, las enseñó a la cámara y dijo: "Es posible que, de un estudio fundamental como este, nos sea posible encontrar una manera por la que el cáncer sea completamente erradicado". La familia desconocía que esas células eran las de Henrietta.
En tan solo tres años, las células HeLa ya se producían en masa y se distribuían gratuitamente a todo el mundo.
Las células de Henrietta fueron las primeras células inmortales que crecieron en un cultivo. Doblaban su número cada día. Podían ser estudiadas sin que se debilitaran y murieran. Fueron esenciales en el desarrollo de la vacuna del polio, y estuvo implicada en futuras investigaciones. Acompañaron a las primeras misiones espaciales para ver que le pasaría a las células en gravedad cero. Muchas áreas científicas han usado sus células, incluido la clonación, identificación de genes y fertilización in vitro.
Cuando se tomaron las células, se les dio el nombre en clave de HeLa, por las dos primeras letras de Henrietta y Lacks. Actualmente, las muestras anónimas son una parte muy importante para la investigación en células. Pero eso no era algo que preocupara a los médicos de los 50, por lo que no eran muy cuidadosos con su identidad. Cuando algunos miembros de la prensa intentaban encontrar a la familia de Henrietta, los investigadores que hicieron crecer las células daban un pseudónimo - Helen Lane - para evitarlos. Se presentaron también otros pseudóminos como Helen Larsen. Su nombre real no se filtró hasta 1975, cuando en una cena familiar, el marido de una de sus hijas, que era científico, habló de lo que le sonaba el apellido Lacks, preguntándole a la esposa del hijo mayor. Cuando le preguntó si conocía a Henrietta Lacks, a quien pertenecía las células HeLa en las que estudiaba, esta respondió que era su suegra. La noticia corrió como la pólvora entre los Lacks.
Fuentes:
Henrietta Lacks fue una agricultora de tabaco del sur de Virginia que contrajo cáncer de cérvix, debido al virus del papiloma humano 18, cuando tenía 30 años. Tras notar sangre en su ropa interior se dirigió al ala para negros del hospital Johns Hopkins, donde le diagnosticaron cáncer. Le dieron 8 meses de vida. Tras varios tratamientos fallidos, su ginecólogo le pidió a su marido la autorización para recoger una muestra. Pero ante la negativa de este, le convenció diciéndole que era para una investigación, y que mediante su estudio podrían ayudar a futuras generaciones, incluidos sus hijos. El tejido llegó a George Gay, un investigador que buscaba una manera de vencer al cáncer.
Nadie sabe como, pero las ćelulas nunca murieron. No solo se reproducían y ejercían todas sus funciones, sino que además, ni siquiera envejecían. Se observó que una sola célula bastaba para contaminar cualquier muestra. Esto proporcionó bastantes problemas, ya que aunque ya lo anunció Walter Nelson-Rees, podían contaminar todas las muestras y alterar los resultados de las pruebas. A pesar de que en principio le ignoraron, 30 años después descubrieron que tenían razón y habían desperdiciado millones de dólares.
El mismo día de su muerte, fue cuando el investigador George Gey apareció en la televisión nacional con las células HeLa, las enseñó a la cámara y dijo: "Es posible que, de un estudio fundamental como este, nos sea posible encontrar una manera por la que el cáncer sea completamente erradicado". La familia desconocía que esas células eran las de Henrietta.
Células HeLa realizando la mitosis
Las células de Henrietta fueron las primeras células inmortales que crecieron en un cultivo. Doblaban su número cada día. Podían ser estudiadas sin que se debilitaran y murieran. Fueron esenciales en el desarrollo de la vacuna del polio, y estuvo implicada en futuras investigaciones. Acompañaron a las primeras misiones espaciales para ver que le pasaría a las células en gravedad cero. Muchas áreas científicas han usado sus células, incluido la clonación, identificación de genes y fertilización in vitro.
Cuando se tomaron las células, se les dio el nombre en clave de HeLa, por las dos primeras letras de Henrietta y Lacks. Actualmente, las muestras anónimas son una parte muy importante para la investigación en células. Pero eso no era algo que preocupara a los médicos de los 50, por lo que no eran muy cuidadosos con su identidad. Cuando algunos miembros de la prensa intentaban encontrar a la familia de Henrietta, los investigadores que hicieron crecer las células daban un pseudónimo - Helen Lane - para evitarlos. Se presentaron también otros pseudóminos como Helen Larsen. Su nombre real no se filtró hasta 1975, cuando en una cena familiar, el marido de una de sus hijas, que era científico, habló de lo que le sonaba el apellido Lacks, preguntándole a la esposa del hijo mayor. Cuando le preguntó si conocía a Henrietta Lacks, a quien pertenecía las células HeLa en las que estudiaba, esta respondió que era su suegra. La noticia corrió como la pólvora entre los Lacks.
Fuentes:
Muy interesante el artículo.
Hay algo que no he entendido muy bien
¿Cómo consiguió este hombre evitar el límite de Hayflick? Me refiero a que aparece como si fuese un misterio ¿no?
El no lo evito, las células HeLa eran capaces de eludir el limite de Hayflick que es el numero limitado de divisiones celulares normales. Y ya no es mas un misterio pues ahora se sabe que estas células poseen una versión activa de telomerasa en ciclo celular, lo que evita que se degraden los toleremos en cada replicacion, volviéndolas prácticamente inmortales
Es que estas células superaban por sí solas el límite de Hayflick, es decir, el número de veces que la célula puede dividirse antes de morir.
En Neoteo lo explican muy bien: "Recordemos que las células normales se dividen hasta el llamado “límite de Hayflick” que en las células humanas es de unas cincuenta veces, pero las células HeLa se lo saltan a la torera."
No hacía falta que interviniera nadie para superar ese límite.
¿Pero entonces no hay explicación y esto ocurrió sólo una vez casualmente?
Pues la verdad es que sí, fue un golpe de suerte. En una página donde cuenta la historia desde el punto de vista de la familia dice que incluso después vinieron a hacerles análisis a ellos para ver si tenían un gen que permitiera eso. Aunque si descubrieron algo, no se hizo público porque no los volvieron a ver.
Pues me parece muy interesante el tema, perdona que te haya hecho tantas preguntas, pero es que no concebía que había sido una casualidad puntual, qué cosas.
Es interesante, nos hace pensar en la inmortalidad, aunque la pobre mujer murió, y ay algo de misterio con eso de sus familiares, un abrazo.
Es curioso este caso, en verdad podría ser una pieza del rompecabezas de la Inmortalidad física. Como nota, ¿nadie ha notado que las siglas de esta cepa de células, tiene el mismo nombre de la Dios de la muerte Nórdica, “Hela”?
y por supuesto, la familia nunca fue reconocida ni nunca viò un centavo.