Los nombres revolucionarios de la Revolución francesa

Méhul enseñando canciones patrióticas al pueblo de París.

La Revolución francesa (1789-1799) supuso un punto de inflexión donde se rompió con el antiguo régimen. No solo implicó un cambio político, sino una oportunidad de abandonar las tradiciones. La moda en la ropa y el peinado se atrevió a probar nuevos estilos y el santoral dejó de ser la guía para nombrar a la mayoría de los niños. En el pueblo surgió la necesidad de innovar a los nombres, reflejando los ideales revolucionarios.

Dejar atrás la tradición 

Fue una tendencia que comenzó en enero de 1793 con la secularización de los registros de nacimientos, matrimonios y defunciones, triplicándose con la campaña oficial de descristianización y el calendario revolucionario, en uso desde el 5 de octubre de 1793 al 1 de enero de 1806. Entre septiembre de 1793 y 1794, supusieron entre el 25-30% de los nombres, pero la distribución no era uniforme. Hubo más incidencia en París y en los centros del gobierno revolucionario y fueron preferentemente hijos legítimos de administrativos del nuevo régimen, jacobinos, sans-culottes, trabajadores urbanos cualificados y artesanos. Es decir, dependía mucho de la afiliación política.

No era únicamente una inclinación experimentada en recién nacidos, aunque fueran la mayoría de los casos, sino que algunos adultos se cambiaron el nombre. En la casa de Borbón-Orleans hubo dos ejemplos famosos: Luis Felipe II, duque de Orleans, y su hermana Batilde, quienes usaron los nombres Phillipe Égalité y Citoyenne Verité, respectivamente. En Noyon, en julio de 1793, se experimentó un caso singular, pues Citizen Hennon registró el nombre de su recién nacido como Voltaire y cambió los nombres de sus otros cuatro hijos: de Jean Victor o Jean Denis a Rousseau; de Just Victor a Brutus; de Agathon Gabriel a Marat y de Jean François Claude a Lepelletier. A pesar de todo, lo habitual entre adultos era utilizar estos nuevos nombres como apodos y no oficializarlos, siendo frecuente el uso de Marat.

Tipos de nombres

La muerte de Marat, de Jacques-Luis David.

Los nombres se pueden agrupar en varios conjuntos y se formaban de forma similar a los noms de guerre ("nombres de guerra"), que utilizaban nombres de plantas, cualidades o clásicos. En primer lugar, se encontraban los mártires y héroes de la revolución, como Jean-Paul Marat (1743-1793), Louis-Michel le Peletier (1760-1793), Marie Joseph Chalier (1747-1793), Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) y François-Marie Arouet "Voltaire" (1694-1778). Otra categoría fueron los personajes históricos, como Marco Junio Bruto, Cayo Mucio Escévola, Quinto Horacio Flaco y Tiberio Sempronio Graco. Las virtudes eran otra fuente de apelativos, como Liberté, Egalité, Unité y Espérance, así como Montagne, en honor al grupo político republicano. Los meses y días del nuevo calendario, que en muchos casos tenían nombres de flores, eran comunes en mujeres. En algunos casos, se usaron nombres como Rhubarbe ("Ruibarbo"), Persil ("Perejil"), Cyclamen ("Ciclamen") y Tulipe ("Tulipán"). Con todo, había nombres comunes ambivalentes, como Rose, Victoire y Marius, que eran frecuentes antes de la revolución y durante esta podían servir para mostrar su apoyo o, al menos, aparentarlo. Otra estrategia era utilizar nombres compuestos, alternando entre nombres tradicionales y revolucionarios.

La incidencia de estos nombres tuvo altibajos, aplicándose la mayoría en los primeros dos años del calendario republicano francés. Para 1815, muchos incluso abandonaron su uso, recuperándose temporalmente la popularidad de los nombres tradicionales.

Fuentes

  • Bianchi, S. (2000). Les “prénoms révolutionnaires” dans la révolution française: un chantier en devenir.
  • Wilson, S. (2003). The means of naming: a social history. Routledge.
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