El hombre copo de nieve


"Bajo el microscopio encontré que los copos de nieve eran milagros de belleza; y me pareció una pena que esa belleza no fuera vista y apreciada por otros. Cada cristal era una obra maestra de diseño y ningún diseño jamás se repetía. Cuando un copo de nieve se fundía, el diseño se perdía para siempre. Toda esa belleza se fue, sin dejar ningún recuerdo". - Wilson Bentley, el "hombre copo de nieve", 1925

 Los que tienen el número más pequeño son más antiguos.

En estas fechas, entre temporales y gélidas temperaturas, hay lugares donde tienen la suerte de disfrutar, o padecer, según el caso, la nieve. Un claro signo de la llegada del invierno, igual que la caída de las hojas de los árboles lo es del otoño. Todo se pinta de blanco, aunque los esquimales nos digan que hay 30 tonos distintos y nos llamen a la nieve de 40 maneras diferentes. Todo esto es algo que simplemente aceptamos al llegar esta época.

Pero 1885, un hombre cambió nuestra manera de ver la nieve. Se trataba de Wilson Alwyn Bentley (1865-1931). Wilson era un joven granjero de Nashville, una parte de Jericho, Vermont. Su padre también lo era, mientras que su madre había sido profesora, por lo que se dedicó a enseñar a Wilson y a su hermano. Tenía un gran interés por la naturaleza y el tiempo, especialmente por la nieve. Por eso, su madre le regaló un microscopio a los 15 años. Por aquel entonces, comenzó a observar copos de nieve al microscopio, aunque se fundían rápidamente y no le daba tiempo a dibujarlos.

Cansado de no poder reproducir la complejidad de los copos de nieve pidió una cámara de fotos, pero su padre se negaba a comprársela porque era demasiado cara. No obstante, su madre lo convenció y a los 17 años ya pudo disfrutar de su cámara.

Aparte de retratar a su familiares y vecinos, se las ingenió para adaptar la cámara al microscopio a base de concienzudo ensayo y error. Por muy baja que fuera la temperatura, los copos siempre se derretían. No fue hasta los 19 años cuando por fin pudo hacer una foto de un solo copo de nieve, convirtiéndose en un pionero de la microfotografía. Los describió como "pequeños milagros de la naturaleza" o como "flores de hielo". Por si lo habíais estado pensando, también es suya la famosa frase de "no hay dos copos de nieve iguales".


Tras el hallazgo, decidió compartir sus fotos con fotógrafos y científicos, pero estos dudaban de su autenticidad. Afortunadamente, en los últimos años del siglo XIX, el museo Mineralógico de Harvard adquirió  algunas de sus microfotografías. También publicó, en colaboración con el profesor de historia natural de la Universidad de Vermont, Henry Perkins, un artículo que discutía la causa de porque la estructura de los copos de nieve no se repite.

Bentley no se limitó a estudiar la nieve, sino que observó otros fenómenos meteorológicos como la escarcha, el rocío o las gotas de lluvia. Esto le llevó a escribir más de 50 artículos y añadir la entrada "nieve" en la 14ª edición de la Enciclopedia Británica. Además, a pesar de que durante gran parte de su vida, su trabajo fue ignorado, en 1920, fue elegido miembro de la Sociedad Americana de Meteorología.

En 1931, ya había fotografíado un total de 5.381 copos de nieve, publicándose unos 2.400 en su libro "Snow Crystals"

Murió de neumonía el 23 de diciembre de 1931, cuando volvía a su casa en medio de una ventisca. Sus fotos confirmaron lo que ya habían formulado otros científicos siglos atrás, como Kepler (1611), que se interesó en su forma hexagonal, el filósofo y matemático Descartes (1635), que se maravilló con su perfección, o Robert Hooke (1665), que hizo esbozos de la estructura de los copos en su libro "Micrographia".
 Dibujos realizados por Robert Hooke

Posteriormente, Ukichiro Nakaya estudió de forma sistemática los copos de nieve, observando todos los tipos, no solo los más bellos o simétricos. Sin embargo, lo más destacable fue su estudio en nieve artificial, comprendiendo mejor las condiciones físicas para su formación. Su trabajo se publicó en 1954 con el título de "Snow Crystal: Natural and Artificial", que ofrece un completo estudio sobre su formación.

Recomiendo visitar las fuentes, especialmente la del Museo de Ciencia de Buffalo que contiene 1600 microfotografías realizadas por Bentley y SnowCrystal que es una web dedicada exclusivamente a este tema.
Fuentes:
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4 Comments
  • Andrés
    Andrés 30 de diciembre de 2009, 21:39

    Lo más impresionante de un copo, es que se ramifique en diferentes direcciones y con el mismo patrón en todas ellas, siendo cada copo distinto.

    Muy interesante haber conocido la historia de este pionero.

  • TDI
    TDI 31 de diciembre de 2009, 14:45

    Cuando estaba escribiendo, estuve saltando de uno a otro artículo de la wikipedia, y la explicación que le da es que a la escala del copo de nieve hay como una especie de microclima. Es decir, en todos los puntos del copo de nieve se dan las mismas condiciones (temperatura, presión...) lo que hace que se de la misma estructura. No es una explicación definitiva, pero no se ha encontrado una mejor.

  • Andres
    Andres 31 de diciembre de 2009, 19:49

    Pues precisamente eso mismo pensé, que "por huevos" debería tener que ver la temperatura, aunque como dices microclima, no había reparado en otros factores, como el de humedad y otros que ni imagino ahora.

    Son preciosos, increíble las variedades cuando a ojos nuestros, parecen todos creados de una misma fuente.

  • toni
    toni 1 de enero de 2010, 12:09

    Uno siempre piensa que al formarse sin patrón tendrán una forma caótica, no con esa tremenda belleza, sera por la temperatura o presión así como otros factores, pero no deja de tener algo misterioso y fascinante.

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