Una patada bien dada puede rebatir cualquier argumento La ancestral técnica conocida popularmente como "patada en los cojones" tiene unos efectos devastadores sobre sus víctimas. No es algo a lo que uno se ofrezca voluntariamente, pero el que más o el que menos ha sufrido alguna. ¿Pero qué hace que duela más que, por ejemplo, una patada en el paladar? Los testículos son unos órganos muy sensibles. Esta extrema sensibilidad se debe a la multitud de terminaciones nerviosas que alojan. No todos son receptores del dolor, pero cuando hay algún golpe, todos pasan esa información al cerebro a una velocidad de 105 km/h. Además, puede hacer que te duela el estómago, que tengas ganas de vomitar. Mayoritariamente aluden a que es debido a que cuando somos un feto, en el tercer mes de embarazo, los testículos descienden del vientre, localizándose en el escroto. A pesar de cambiar su posición, los vasos sanguíneos y los nervios aún están conectados a la cavidad abdominal, por lo que