Internet, los videojuegos o la música rock. Todos fueron objetos del temor de generaciones de padres que veían como sus hijos se sumían en aficiones carentes de valores que solo servían para pervertir la mente y desperdiciar el tiempo. Quien más, quien menos, la mayoría ha vivido el miedo ante el supuesto peligro moral que suponían. Todos estos fenómenos han sucedido en el transcurso de un periodo menor de un siglo, siendo natural pensar que antes se era más cabal, pero durante el siglo XVIII, otro fenómeno provocaba desasosiego: la novela.