La razón del mensaje "cualquier coincidencia con la realidad es mera coincidencia"
En televisión solemos ver el mensaje "Los personajes y hechos retratados en esta película son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia". Es tan común que su uso que se utilizan frases similares en los anuncios. Tal es la confianza que tenemos en los medios, que necesitamos un aviso para comprender que no todo lo que nos muestran es verídico. Su aplicación no es fortuita.
El origen de este mensaje está en la película Rasputín y la zarina (1932). Esta cuenta la conocida historia en la que Rasputín salva al hijo del zar Nicolas II de una herida agravada por la hemofilia. Dos de los personajes, el príncipe Chegodieff y la princesa Natasha, están basados en Félix Félixovich Yusúpov e Irina Alexándrovna, respectivamente. Esto es evidente por las acciones del príncipe y porque al comienzo de la película anuncia: "Esto trata de la destrucción de un imperio...Algunos de los personajes aún están vivos - el resto se encontró violentamente con la muerte". La película insinúa que Rapustín violó a Natasha, algo que no le pasó a Irina. Por ello, en 1933, Irina Alexándrovna denunció a Metro-Goldwyn-Mayer por difamación e invasión de la privacidad.
Félix Félixovich Yusúpov e Irina Alexándrovna |
Tras ganar el juicio, recibió 127.373 dólares en un juzgado inglés y 250.000 dólares en un acuerdo extrajudicial con MGM. La escena donde se insinúa la violación, que explicaba el cambio de parecer de la princesa respecto a Rasputín, a quien apoyaba al comienzo de la película, fue eliminada. También sacaron la película de circulación durante décadas.
En realidad, Rasputín e Irina nunca se conocieron. Fue su esposo, Félix Yusúpov quien tuvo contacto con él, participando en su asesinato. La misma escena, atendiendo a los rumores en torno a Rasputín, habría tenido más sentido si implicase a la zarina. Sin embargo, MGM decidió no hacerlo dado que los actores que los interpretaban eran hermanos.
Desde entonces, cautos, los estudios decidieron advertir siempre que pudieran, aunque fuera obvio que lo mostrado era falso. Con la muerte de Yusúpov en 1967, se comenzó a permitir emitir películas basadas, al menos parcialmente, en hechos reales.