La terrorífica cara del espejo
Te levantas de madrugada y, en la penumbra, contemplas tu rostro en el espejo. No sabes muy bien por qué, pero no te reconoces: la forma de los ojos, su nariz o su boca parecen distintos. Te acecha la sospecha de que el reflejo es de algo o alguien extraño, un intruso frente al que estás indefenso. Entonces eludes la mirada, antes de que el indefinido y distorsionado rostro muestre su verdadera naturaleza.
Posiblemente lo hayas experimentado o hayas oído historias al respecto, como las de Verónica, María Sangrienta, María la Paralítica, La Vieja Del Quinto o Bloody Mary. Otras variantes son las de adivinar tu futura cara o la de tu futuro cónyuge. Si te resulta nuevo, inténtalo tan pronto como te encuentres en una habitación poco iluminada con un espejo. Percibirás deformaciones en la cara reflejada, el rostro de familiares vivos o fallecidos, un semblante de un animal o un ser fantástico o monstruoso.
Una explicación posible sería el efecto Troxler, que explicaría el desvanecimiento de los rasgos en torno al punto enfocado. Este efecto fue identificado por el médico suizo Ignaz Paul Vital Troxler en 1804, pudiendo verse en la imagen superior, donde si enfocamos la mirada en la cruz, los círculos difusos que la rodean acaban desapareciendo. Sin embargo, no sirve para explicar completamente las deformaciones que vemos en el espejo. De aplicarse el efecto Troxler, los rasgos faciales se desvanecerían hasta desaparecer, en vez de transformarse.
La ilusión percibida puede explicarse por la incapacidad de coordinar los rasgos de la cara debido a la oscuridad, es decir, la dificultad de captar las características faciales impide que nos formemos una imagen con facciones coherentes. Otro detalle al respecto es que dejamos de identificarnos con la imagen del espejo. Además, su fisonomía y expresiones pueden llegar a despertar distintas emociones, como alegría, ansiedad, inquietud o miedo.
Fuente:
Posiblemente lo hayas experimentado o hayas oído historias al respecto, como las de Verónica, María Sangrienta, María la Paralítica, La Vieja Del Quinto o Bloody Mary. Otras variantes son las de adivinar tu futura cara o la de tu futuro cónyuge. Si te resulta nuevo, inténtalo tan pronto como te encuentres en una habitación poco iluminada con un espejo. Percibirás deformaciones en la cara reflejada, el rostro de familiares vivos o fallecidos, un semblante de un animal o un ser fantástico o monstruoso.
Una explicación posible sería el efecto Troxler, que explicaría el desvanecimiento de los rasgos en torno al punto enfocado. Este efecto fue identificado por el médico suizo Ignaz Paul Vital Troxler en 1804, pudiendo verse en la imagen superior, donde si enfocamos la mirada en la cruz, los círculos difusos que la rodean acaban desapareciendo. Sin embargo, no sirve para explicar completamente las deformaciones que vemos en el espejo. De aplicarse el efecto Troxler, los rasgos faciales se desvanecerían hasta desaparecer, en vez de transformarse.
La ilusión percibida puede explicarse por la incapacidad de coordinar los rasgos de la cara debido a la oscuridad, es decir, la dificultad de captar las características faciales impide que nos formemos una imagen con facciones coherentes. Otro detalle al respecto es que dejamos de identificarnos con la imagen del espejo. Además, su fisonomía y expresiones pueden llegar a despertar distintas emociones, como alegría, ansiedad, inquietud o miedo.
Más allá del espejo
Este fenómeno parece no ser exclusivo de los espejos, ya que observar a alguien a la cara durante tan solo 10 minutos seguidos puede producir disociaciones, como deformaciones en la cara ajena, entre las que se incluyen ver rasgos monstruosos, propios o de un conocido.Fuente:
- Caputo, G. B. (2010). Strange-face-in-the-mirror illusion. Perception, 39(7), 1007-1008.
- Caputo, G. (2015). Dissociation and hallucinations in dyads engaged through interpersonal gazing Psychiatry Research, 228 (3), 659-663