Khonsuemheb y el fantasma, historia de fantasmas del antiguo Egipto

Ba del fallecido sobre su cuerpo
Las historias de fantasmas son un tema ubicuo en el tiempo y el espacio. No importa el lugar del globo donde te encuentres o el siglo en el que vivas, se seguirán contando. Ya lo vimos con la historia contada por Plinio, el joven, o los tipos de fantasmas grecorromanos.

En la presente entrada nos trasladamos al antiguo Egipto. Se trata de la historia de Khonsemhab, o Khonsuemheb, y el fantasma, también llamada simplemente Una historia de fantasmas. Es una historia del antiguo Egipto de la época ramésida (dinastías XIX-XX, 1292-1077 a.C.). Se conserva fragmentadamente a través de cuatro ostracones descubiertos en Deir el-Medina y sus alrededores, cerca de Tebas, en torno al 1880-1905 de nuestra era y repartidos actualmente entre museos de París, Florencia, Viena y Turín.

Debido a la diversidad de interpretaciones, hay versiones donde comienza con un narrador en primera persona, otras completamente en tercera persona o en las que se omite el comienzo atribuyéndoselo al sacerdote. La siguiente traducción se basa en la de Jürgen von Beckerath presente en The Literature of Ancient Egypt: An Anthology of Stories, Instructions, Stelae, Autobiographies, and Poetry de W.K. Simpson, que omite la línea "Ahora mientras yo miraba al oeste, él subió al tejado".


Las elipsis son palabras ausentes en los textos y entre corchetes están las posibles palabras ausentes. Las siglas v.p.s. significan "vida, prosperidad y salud", equivalente del egipcio antiguo Ankh wedja seneb. "Ne" se refiere a la necrópolis de Tebas.
[...según] su costumbre...después del camino que había tomado...Cruzó y alcanzó su casa. Hizo preparar [las futuras ofrendas] diciendo: "Te proporcionaré con todo tipo de cosas buenas cuando vaya al lado oeste". Subió al tejado e invocó a los dioses del cielo y los dioses de la tierra, del sur, norte, oeste y este, y los dioses del inframundo, diciéndoles: "Envíame ese espíritu prestigioso". Y así vino y le dijo: "Yo soy tu...quien ha venido a dormir durante la noche junto a la tumba". Entonces el Sumo Sacerdote de Amón Khonsemhab le dijo: "Por favor, dime su nombre, el nombre su padre y el nombre de su madre, qué puedo ofrecerles y hacerles que deba hacer en aquellos de su posición". El espíritu prestigioso le dijo: "Nebusemekh es mi nombre, Ankhmen es el nombre de mi padre y Tamshas es el nombre de mi madre".

Entonces el Sumo Sacerdote de Amón-Ra, Rey de los Dioses, Khonsemhab, le dijo: "Cuénteme lo que quiera que yo haga por usted. Y yo tendré un sepulcro preparado de nuevo para usted y tener un sarcófago de oro y madera de abenuz fabricado para usted, y [descansará en él] y habré hecho para usted todo lo que se hace para alguien de su posición".

El espíritu prestigioso entonces le dijo: "Nadie puede sofocarse si está expuesto al viento invernal, hambriento sin alimento...No es mi deseo desbordar como la inundación, no...no viendo mi tumba...no la alcanzaría. Se me han hecho promesa...". Ahora tras [él] acabar de hablar, el Sumo Sacerdote de Amón-Ra, Rey de los Dioses, Khonsemhab, se sentó y lloró junto a él con una cara llena de lágrimas. Y se dirigió al espíritu diciéndole: "Que tan mal le va sin comer o beber, sin envejecer o rejuvenecer. Sin ver la luz del Sol o inhalar brisas norteñas. La oscuridad es tu visión diaria. No se levanta temprano para irse".

Entonces el espíritu le dijo: "Cuando estaba vivo sobre la tierra era el supervisor del tesoro del rey Mentuhotep y yo era el teniente del ejército, habiendo estado a la cabeza de los hombres y cerca de los dioses. Hallé descanso el Año 14, durante los meses de verano, del Rey del Alto y Bajo Egipto, Metuhotep. Él me entregó cuatro vasos canopos y mi sarcófago de alabastro y ha hecho por mí todo lo que se hace para alguien de mi posición. Me hizo reposar en mi tumba con su galería de diez codos. Verás, el terreno inferior se ha deteriorado y se ha desprendido. Allí el viento sopla y agarrota la lengua. Ahora como me has prometido, "yo tendré un sepulcro preparado de nuevo para usted", ya son cuatro veces las que se hará de acuerdo con ellos. Pero, ¿qué debo hacer con las promesas que me acabas de hacer para que todas estas cosas logren ser ejecutadas?

Entonces el Sumo Sacerdote de Amón-Ra, Rey de los Dioses, Khonsemhab, le dijo: "Por favor expréseme un encargo adecuado que sea digno de hacerse para usted y con seguridad lo tendré hecho para usted. O yo [simplemente] tendré cinco hombres (siervos) y cinco sirvientas, diez en total, dedicadas a usted para verter libaciones de agua para usted y tendrá un saco de farro entregado diariamente para serle ofrecido. Y también el supervisor de las ofrendas verterá libaciones de agua para usted".

Entonces el espíritu de Nebusemekh le dijo: "¿Qué utilidad tienen las cosas que harían? A menos que un árbol se exponga a la luz solar, no necesita brotar ramajes. (Pero) la piedra nunca envejece; se desmorona (solo) a través...".

Entonces el Sumo Sacerdote de Amón-Ra, Rey de los Dioses, Khonsemhab, le dijo: "Por favor ...Rey Nebhepetra, v.p.s., ...allí el Sumo Sacerdote de Amón-Ra, Rey de los Dioses [encargó] a tres hombres, cada uno...Y él cruzó y subió...Los hombres buscaron por la tumba cerca del templo sagrado del rey Nebhepetra, v.p.s. [el Hijo de Ra, Mentuhotep], v.p.s. Y lo encontraron...en él, estando a cinco codos de distancia a través de la calzada del rey en Deir el-Bahari.

Entonces bajaron a la ribera y ellos [volvieron] al Sumo [Sacerdote] de Amón-Ra, Rey de los Dioses, Khonsemhab, y lo encontraron oficiando en la casa del dios del templo de Amón-Ra, Rey de los Dioses. Y les dijo: "Con suerte habéis vuelto habiendo descubierto el excelente lugar para hacer al espíritu Nebusemekh perdurar en la eternidad". Entonces sus tres hombres le dijeron con una voz: "Hemos encontrado un lugar excelente para [hacer perdurar el nombre del espíritu prestigioso]". Y por ello se sentaron en su presencia e hicieron una fiesta. Su corazón se alegró cuando se lo contaron...hasta que el Sol ascendió desde el horizonte. Entonces llamó al canciller del estado de Amón Menkau y le informó sobre su proyecto.

Volvió al ocaso para pasar la noche en Ne, y él...

Para los egipcios, los fantasmas eran un elemento más de la naturaleza y una continuación de la vida. Sus ritos buscaban no dejar a ninguno insatisfecho, es decir, no darles motivos para volver. Si había sido juzgado favorablemente por Osiris, sería así, pero el cumplimiento inadecuado del sepelio, la destrucción o el saqueo de la tumba lo enfurecerían. La tumba era el hogar del espíritu, pero si esta se olvidaba o no se cumplían los ritos de recuerdo, no encontraría la paz. La aparición de un espíritu no era una buena señal, salvo que fuera invocado por alguna razón, como encontrar consejo para una decisión importante, o apareciese en un sueño.

De izquierda a derecha, templos de Hathepsut, Tutmosis III y Mentuhotep
Incluso en esos casos, una vidente actuaba tanto dentro como fuera del templo y los ritos funerarios para facilitar el encuentro entre el vivo y el fallecido o interpretar los sueños. Lo hacían por medio de oráculos y magia, cartas a los muertos, sueños y otras formas de adivinación.
Mentuhotep II
En la historia, el sumo sacerdote no usa a una intermediaria. La petición de ayuda del fantasma muestra la importancia que tenía el cuidado de las tumbas. El sumo sacerdote no le muestra temor, sino que le ofrece su ayuda como a cualquier otra persona, con el respeto que requiere alguien que ha muerto. Aunque el respeto es común a todos los fallecidos, en este caso se trata de un teniente del faraón Mentuhotep II o Nebhepetra Mentuhotep (c. 2061-2010 a.C.), que unió Egipto bajo el gobierno tebano, fundó el Imperio Medio y tiene su tumba en Deir el-Bahari. En algunas traducciones, Mentuhotep II es sustituido por Rahotep (c. 1580-1576 a.C.), pero entonces el fantasma no podría haber muerto en el año 14 de su reinado, aunque pudo confundirlos porque, según una estela en Coptos, también se le atribuyó la unificación de Egipto con gobierno en Tebas durante la ocupación del Bajo Egipto por los hicsos.

Como se puede apreciar, es una historia didáctica sobre el respeto a los muertos, no tratando al fantasma como una amenaza que combatir. El fantasma teme desaparecer porque no tiene un hogar donde contener su espíritu y le expresa su preocupación porque su tumba no puede reconstruirse con buena voluntad y promesas, de la misma manera que un brote no crece sin luz del Sol. Aunque la historia está inconclusa, se entiende que Nebusemekh recuperó la paz.

Fuente: Ancient
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