¿Qué son los ayudantes de Santa Claus?

Durante el año, Santa Claus es asistido por sus ayudantes, los elfos navideños, quienes trabajan alegre e incansablemente para fabricar juguetes para los niños del mundo. Aunque sea una labor interminable, no llevan realizándola toda la eternidad. Su primera mención apareció en el libro no publicado Christmas Elves (1856) de Louisa May Alcott, pero su imagen fue popularizada por un grabado de la revista Godey's Lady's Work de 1873.

Durante ese lapso de tiempo habrían otras menciones a estos elfos, como la del Harper's Weekly, donde colaboraría Thomas Nast, creador de la imagen popular de Santa Claus, que publicó en 1857 el siguiente poema donde menciona a los elfos navideños:
In his house upon the top of a hill
and almost out of sight
he keeps a great many elves at work
all working with all their might
to make a million of pretty things
cakes, sugar-plums, and toys
to fill the stockings, hung up you know
by the little girls and boys.

En su casa sobre lo alto de una colina
y casi fuera de la vista
mantiene una gran cantidad de elfos en el trabajo
todos trabajando con toda su fuerza
para hacer un millón de cosas bonitas
tartas, confites de ciruelas y juguetes
para llenar los calcetines, colgados, ya sabes
por los niños y niñas pequeños.
En 1876, el historiador y novelista Edward Eggleston también los mencionaría en The House of Santa Claus, a Christmas Fairy Show for Sunday Schools.

Capitalismo navideño

Los elfos navideños inculcaban el sueño del empresario americano: tener una gran mano de obra cualificada que trabaje alegremente sin descanso ni salario. Como los inmigrantes que trabajaban en los talleres clandestinos, vivían apartados de la sociedad, despojados de cualquier rasgo identificativo que los distinga entre sí. En Godey's Lady's Work se explicaba en un editorial que, realmente, pueblos enteros extranjeros muy pobres fabricaban los juguetes y que los empresarios iban regularmente para llevarse la producción de los últimos seis días de trabajo y pagarle. Recalcaba que conseguían vender los juguetes muy baratos y aún así obtener beneficios.

¿Elfos, duendes o gnomos? 

Pero ¿qué son exactamente? Esos términos se usan indistintamente para referirse a humanoides pequeños con habilidades extraordinarias. En España tenemos muchas criaturas locales que distinguimos por su nombre, como el trastolillo, el sumicio, el martinico y el trenti, entre muchos otros. Sin embargo, las criaturas extranjeras se agrupan con uno de los nombres mencionados en el encabezado. Pocos, entre los que se encuentra el leprechaun, consiguen mantener su identidad intacta.

Entonces, ¿qué son los elfos, los duendes y los gnomos?

Creo necesario saber cual es el origen de cada una de estas criaturas. Los elfos son criaturas originarias en los pueblos germánico y nórdico. En alto alemán antiguo se les llamaba alpî o elpî (alp en singular, elbe en femenino) mientras en nórdico antiguo se les llamaban alfar (alfr en singular). Etimológicamente, su nombre hace referencia al blanco, pero por asociación a la belleza, especialmente la femenina, más que al color en sí.

Los nórdicos distinguían entre dos tipos de elfos: los elfos de luz (Ljósálfar) de Álfheimr y los elfos oscuros (Dökkálfar, svartálfar o myrkálfar) de Svartalheimr. Eran opuestos entre sí en aspecto, comportamiento y residencia, ya que, mientras los elfos de luz vivían en los cielos, los elfos oscuros vivían bajo tierra. Estos últimos podrían ser sinónimos de los enanos (singular: dvergr; plural: dvergar), originados como gusanos que se alimentaban del cadáver de jötunn Ymir, es decir, el gigante con el que se creó el mundo. Ninguno fue descrito físicamente, por lo que las imágenes que tenemos de ellos son posteriores.

La palabra duende proviene de "duen de la casa", apócope de "dueño de la casa". Por lo tanto, el duende era una criatura que, como el dueño, hacía en su casa lo que quería, siendo equivalente a los Lares y Penates romanos. Estos inquilinos fantásticos del hogar tenían equivalentes en otros idiomas y culturas, como el etxajaun vasco, el kobold alemán y el cofgodu anglosajón. En torno a los siglos XVI-XVII se comenzó a aplicar el término duende a criaturas de las montañas y las cuevas.

Por último, los gnomos son espíritus elementales de la tierra descritos por Paracelso en el siglo XVI. Los otros elementales de Paracelso para los elementos clásicos eran la ondina (agua), la sílfide (aire) y la salamandra (fuego). Su nombre probablemente derive del latín gēnomos, "moradores de la tierra". Paracelso usó el término Gnomi como sinónimo de Pygmæi. Los describía con una altura de apenas dos palmos, reacios a interactuar con humanos y capaces de desplazarse por la tierra. De hecho, tanto los gnomos, como los enanos y los pigmeos son seres ctónicos, relacionados con la tierra y los muertos. Por extensión, los elfos tampoco son muy diferentes, pues no dejan de ser espíritus.

Aunque los elfos son los que menos parecido tienen a los ayudantes de Santa Claus, desde la Baja Edad Media, el término se usó en Inglaterra como sinónimo de hada y se asoció con varios duendes en la literatura y el arte de la élite. En Escocia se mantuvo la diferenciación entre ambos. En el siglo XVI, autores como William Shakespeare o Edmund Spencer usaban los términos hadas y elfos intercambiablemente. En el siglo XVIII, el término inglés para los elfos volvió al continente europeo. En Escandinavia se usó para referirse a las hadas con alas de insecto, mientras la tradición inglesa y alemana influyó en su imagen como personas pequeñas, con orejas puntiagudas y caperuzas rojas. Prueba de esta visión es el cuento de El zapatero y los duendes (Die Wichtelmänner), cuyos protagonistas son equivalentes a los kobolds, enanos o brownies, pero donde Margaret Hunt tradujo en 1884 el término al inglés como elfos (elves). J. R. R. Tolkien usaría los términos alemanes elb, elben en las traducciones de sus libros, términos que habían sido recomendados anteriormente por Jacob Grimm al considerar elf como un anglicismo.

Procedencia

El nisse danés o noruego, el tomte sueco o el tomtenisse o tonttu finlandés, son criaturas del folclore nórdico originadas en el culto pagano a los ancestros, considerándose ocasionalmente como un granjero que había desbrozado un terreno para el cultivo y que había sido enterrado en un montículo. Solía vivir en casas rurales o graneros, protegiendo a sus moradores si era tratado bien. Por el contrario, si era maltratado mostraba su faceta vengativa. Solía representarse como un hombrecillo de barba blanca, gorro rojo picudo, ropas brillantes y 90 centímetros de altura. Como otros duentes europeos, con el cristianismo se asoció con Satán.


Antes de asociarse con Santa Claus, lo estaban con la cabra de Yule, con quien visitaban las casas puerta a puerta entregando regalos. En agradecimiento se le entregaba un plato de gachas. Durante el siglo XIX sufrieron un cambio de identidad, pues sus rasgos se combinarían con los de Papá Noel, especialmente debido a las ilustraciones de Jenny Nyström. Comenzarían repartiendo los regalos en Navidad, sustituyendo a la cabra de Yule. La comercialización difuminó las diferencias entre quienes entregaban regalos, hasta el punto que la propia Joulupukki (finlandés para "cabra de Yule") terminó representándose como un anciano barbudo de ropas rojas y perdiendo sus rasgos animales. No obstante, tampoco se han perdido todas sus características, dado que en los países escandinavos no vive en el Polo Norte, no está gordo, entrega los regalos de puerta en puerta y, aunque lleva un trineo tirado por renos, estos no vuelan. Este también sería llamado Nils, que se relaciona con el nombre nisse.

Esta identificación de Santa Claus como uno más de los elfos navideños estaba presente a principio del siglo XIX. En el poema A Visit from St. Nicholas (1823) de Clement Clarke Moore, se habla de él como un alegre elfo viejo y regordete.

Resumen

El propio Santa Claus y todos los personajes y acciones asociados a él surgieron durante el siglo XIX. Esto incluye a los elfos navideños. Estos numerosos ayudantes provienen de las tradiciones escandinavas, influyendo incluso en la propia imagen de Santa Claus, que también tomaba influencias de Sinterklass. Con estos y otros cambios, se fue creando una tradición secular y más comercial de la Navidad más afín a la sociedad estadounidense de la segunda mitad del siglo XIX.

En cuanto a la denominación de los ayudantes navideños, la tradición de considerarlos elfos no es casual, sino debida a la sinonimia que apareció en Inglaterra entre los elfos y las hadas, además de su posterior identificación con varios tipos de duentes europeos.

Fuentes

  • Restad, P. L. (1996). Christmas in America: A History. Oxford University Press. 
  • Pascual, J. A. (1983). Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico. Gredos.
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