Hasta bien entrado el siglo XVII, el hallazgo de restos prehistóricos se explicaba desde una perspectiva bíblica o mítica. Por ello, cuando se encontraron fósiles de peces a gran altitud y alejados del mar, era lógico esperar que aludieran al diluvio universal como causante de un hecho que parecía imposible por otros medios. Diluvianismo Los diluvianistas intentaron reconciliar la religión y la ciencia ideando hipótesis que confirmaran el diluvio. Thomas Burnet (1635-1715) postuló en Telluris Theoria Sacra que la Tierra estaba hueca y que el agua del diluvio surgió de su interior, creando las montañas y océanos. En cambio, William Whinston (1667-1752), discípulo de Isaac Newton, defendía que el paso de un enorme cometa cerca de nuestro planeta fue el causante de la catástrofe. A esto había que añadir la hipótesis de Filón de Alejandría (30 a.C.-45 d.C.), Isaac de La Peyrère (1596–1676), Isaac Vossius (1618–1689) y Edward Stilling (1635–169