Un miembro enorme puede ser el anhelo de muchos o una necesidad. En el murciélago hortelano (Eptesicus serotinus) es contraproducente porque está sobredimensionado. Incapaz de penetrar, usa su enorme pene como un "brazo copulatorio".

Miembro magnificado

Durante la erección, el pene de los murciélagos hortelanos machos mide unos 16,4 mm, con una variación de 0,9 mm, que supone el 22% de la longitud del animal de la cabeza a la cola y septuplica el tamaño de la vagina de las hembras. Su extremo cordiforme con tejido eréctil complica aún más la penetración, pues alcanza 7,5 mm, con una variación de 0,6 mm, frente a los 1,1 mm de diámetro de la vagina. No obstante, esta forma por sí sola no impide la cópula, como demuestra el pequeño murciélago café (Myotis lucifugus), sino que el tamaño es el mayor responsable de ello.

Coito

En la copulación, el machos se sitúa detrás de la hembra, moviéndose para localizar la vagina con el pene. Este tiene unos pelos cortos que podrían servir para detectar su posición. A su vez, en esta etapa, se producen vocalizaciones, probablemente de la hembra, que cesan cuando se acopla el pene sobre la abertura de la vagina, presionándola pero sin poder penetrarla. El coito duraba en la mitad de los casos unos 53 minutos, aunque podían alcanzar las 12,7 horas. Como la hembra podía evitar la cópula con la membrana de la cola, el enorme tamaño del miembro masculino podría compensar a esta defensa. Además, la zona dorsal del pene tiene un hueco que produciría succión sobre el abdomen femenino para mantener la posición.

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