¿Los judíos fueron esclavos de los egipcios?

Judíos caminando en un bosque con una ciudad al fondo.

En el Éxodo, los israelitas son esclavos de los egipcios (Éxodo 20:2; Deuteronomio 5:6). Como existe la creencia de que los esclavos construyeron las pirámides, se relacionan ambas premisas para concluir que los hebreos fueron responsables de estos monumentos, aunque la Biblia no mencione nunca ninguna pirámide. Por ello, ¿es posible que el relato bíblico tenga una pizca de cierto?

Narración atemporal


La respuesta es que sí, pero hay que evitar perspectivas irracionales por las que se intenta dar verosimilitud a todos los detalles de la historia, como si hubiera sido un relato contado con precisión quirúrgica. No tiene esa exactitud porque nunca la necesitó. Como cualquier mito o cuento, lo importante es cumplir su función y no está situado en ninguna época concreta. Es más, aunque se tiende a identificar al faraón con Ramsés II (1303-1213 a.C.), nunca se nombra, como tampoco se hace con el faraón que tomó a Sara, esposa de Abraham (Génesis 12:15-20), ni al que José interpreta el sueño (Génesis 41). El propio episodio de Moisés separando el mar se cuenta varias veces, combinando y recortando rutas. Las plagas de Egipto tampoco tuvieron que suceder inmediatamente antes de la huida, sino que es compatible con una "enfermedad cananita" durante el reinado de Ajenatón. Todo parece mezclar realidad y ficción, como el propio nombre de Moisés, de origen egipcio, aunque no necesariamente con el significado que se le atribuye. De esta manera, sirve para cualquier generación, aunque su estirpe nunca hubiera pisado Egipto.

Esclavos de Canaán

Mapa de las dinastías contemporáneas XV, XVI, de Abidos y el reino de Kush.

La realidad es que el imperio egipcio tomó mano de obra de varias regiones, pero principalmente de Asia, donde la población era mayor. Estos podían ser sirvientes (bʒkw) o peones (ḥmw), traducido a menudo como esclavos y conformado únicamente por extranjeros. Aunque el relato es atemporal, hay un periodo que nos interesa por las pruebas existentes y la geopolítica.

En el Segundo periodo intermedio (1640-1550 a.C.), Egipto estuvo dividido, coexistiendo la dinastía XV (1650-1550 a.C.), gobernada por los hicsos, con la sucesión de la dinastía XVI (1649-1582 a.C.), XVII (1580-1550 a.C.) y de Ábidos (1650-1600 a.C.). Los hicsos fueron unos gobernantes provenientes de Levante, en alguna zona entre Canaán y el norte de Siria, que finalmente serían expulsados, comenzando un periodo de esplendor con la dinastía XVIII en el Imperio nuevo. Este es uno de los periodos candidatos donde se sitúa el relato del Éxodo pero, como decía antes, eso es lo de menos. 

Oriente Medio en el 1400 a.C.

Tras la regencia y reinado de su tía Hatshepsut, Tutmosis III extendió Egipto a su máxima expansión territorial, tomando el levante mediterráneo, que permaneció en manos egipcias hasta el reinado de Ramsés III o IV, es decir, durante el periodo de prosperidad egipcia. En esta etapa, los cananitas podían ser forzados a trabajar para los egipcios por varios medios. En primer lugar, como prisioneros de guerra. Tutmosis III afirmó haber capturado a 7300 cananitas y su hijo Amenhotep II a 89600. Durante la época ramésida, en la dinastía XX, siguieron usándose cifras similares para presumir de los logros militares, resituándolos en fortalezas en distintas partes del imperio. En segundo lugar, sea como impuestos o tributo, obtenían alimento, gemas, cobre, madera y trabajadores forzados de las ciudades-estado. Estos trabajadores podían ser de la propia ciudad o de zonas cercanas. Durante las hambrunas, los cananitas podían venderse para pagar por alimento. Estos sufrían mientras los intermediarios se enriquecían de la venta de esclavos a Egipto. Por último, los templos egipcios poseían campos y ciudades de Canaán. El templo de templo de Amón poseía 56 ciudades cananitas y el templo de Ra, 103

Este periodo de esplendor acabaría al comienzo del primer milenio antes de nuestra era y, con él, tanto la presencia egipcia en Levante como el gran tráfico de esclavos.

Fuente

  • Hendel, R. (2001). The Exodus in biblical memory. Journal of Biblical Literature, 120(4), 601-622.

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1 Comments
  • Ramón Martín
    Ramón Martín 15 de noviembre de 2023, 6:35

    Excelente artículo.

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