Moisés no separó las aguas del mar Rojo

Moisés frente al mar.

En la Biblia, cuando, tras las plagas de Egipto, el faraón dejó ir a los israelitas, estos se encontraron con la barrera del mar Rojo (Éxodo 13:17-15:21). Gracias al fuerte viento divino, se abrió un camino a través de él, que se cerró al amanecer cuando Moisés volvió a tocar el mar tras cruzar los israelitas. Desde entonces, se ha intentado dar una explicación racional a este milagro.

El mar de juncos

Moisés juntando de nuevo las aguas.

Una hipótesis es que este mar, referido como yam sûp, fue traducido al griego en la Septuaginta como Erythra Thalassa, que pasó al latín de la Vulgata como Mare Rubrum, es decir, mar Rojo. Sûp es un préstamo del egipcio ṯwf(y), "(juncos de) papiro". En Éxodo 2:3, 5 e Isaías 19:6, esta palabra tiene este significado. No obstante, en otros pasajes, como 1 Reyes 9:26, Números 21:4; 33:10-11 y Jeremías 29:21, se refiere al mar Rojo o al norte, en el golfo de Suez o Áqaba. La mayoría de las menciones pueden localizarse geográficamente por el contexto y suelen referirse al mismo mar (Éxodo 10:19; Números 14:25; Deuteronomio 1:40; 2:1), siendo coherente su identificación con el mar Rojo.

Debido a que los papiros no crecen en el mar Rojo, se especuló que se refiriera a otro lugar donde sí lo hicieran. Como el papiro crece en las orillas del río Nilo y su delta, sería lógico situar el cruce en la orilla oriental. Al igual que en otros relatos, hay distintas versiones de esta historia. El cruce de este mar ocurre en la fuente P, la más reciente. El viaje fuera de Egipto seguía dos rutas: la norte y la sur, siendo esta segunda la que pasa por este mar y a la que se incorporó luego el viaje por el desierto. Al ser rutas distintas que se combinaron posteriormente, el resultado final que conocemos no sirve para situarlo.

Combinación

En Números 33, se cuenta el itinerario de 42 lugares por donde pasaron desde Egipto a las llanuras de Moab. En este trayecto, que habría sido usado por la fuente P, el mar donde sucedió el milagro (8) se distingue del yam sûp (10-11), traducido habitualmente como mar Rojo. Es decir, después de Migdol y Pi Hajirot, se encuentra el mar que cruzaron y pasaron 3 días sin ver agua en el desierto de Etam, hasta llegar a Elim, a cuya salida acamparon junto a yam sûp (Números 33:8-11) que, recordemos, se traduce y se puede situar en el mar Rojo. Sin embargo, en Éxodo 14:2; 15:22, se omite el recorrido entre Pi Hajirot y el campamento junto al mar, pasando tres días sin agua después, no antes, de cruzar yam sûp.

Lago de juncos

Un encomio a la residencia de Ramesis II en el papiro Anastasi III habla de "los pantanos de papiros [p3-ṯwfy] vienen con sus juncos de papiro, y las Aguas de Horus con juncos". Por lo que este primer mar que cruzaron podría estar situado en Tanis, en el delta oriental del Nilo.

Vencer el caos

Míriam y las mujeres bailando.

La canción del mar o de Moisés (Éxodo 15:1:18) es la que cantan los israelitas tras librarse del ejército del faraón, seguida por la breve canción de Míriam y las otras mujeres en los versículos 21-22. En sus versículos 4-5, canta cómo el ejército del faraón y sus mejores oficiales se hundieron en este yam sûp. Aunque esto supondría que se habrían vuelto a combinar dos cuerpos de agua, su estructura señala en otra dirección, pues sigue el mismo patrón del Enuma elish babilonio y el Ciclo de Baal de Ugarit. En estos, el dios de la tormenta se enfrenta al caos manifestado como un mar primordial, retirándose a su montaña a gobernar como rey tras traer el orden con su victoria. En esta canción, se derrota al mar y el faraón tiene un papel secundario, cayendo junto a las fuerzas del caos. De nuevo, se repite lo presente con el leviatán y Jonás, donde el abismo, el caos y la inexistencia se contraponen a Yahvé, que se sitúa en la posición opuesta.

Por otra parte, los israelitas consideraban el mar Rojo el fin del mundo y no lo distinguían de otros más al sur. Por lo tanto, este mar físico no se diferenciaba tanto del mítico mar primordial. Era adecuado que los egipcios fueran arrojados al abismo y, con la fuente P, se interpretó como un hecho real y se situaron los hechos en el verdadero mar Rojo.

Fuente

  • Batto, B. F. (1983). The Reed Sea: Requiescat in Pace. Journal of Biblical Literature, 102(1), 27-35.

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