Año Nuevo no siempre fue el mismo día en la Europa medieval
Probablemente tengas asumido que culturas dispares tengan calendarios distintos o que haya diferencias entre entre los calendarios juliano y gregoriano pero, ¿sabías que el año podía comenzar en meses distintos según la zona de la Europa cristiana? Esto podría haber influido en el desarrollo de fiestas como el carnaval.
Antecedentes
Con el calendario juliano, creado por las necesarias reformas de Julio César, se corrigió el desfase de las estaciones respecto al año. Se trataba de una corrección que el calendario agrícola pedía a gritos. Conservaba los meses de enero y febrero que, según Macrobio, añadió el rey Numa Pompilio y el inicio del año en las calendas de enero, adelantado desde el 25 de marzo por las revueltas en las provincias romanas de Hispania en el 153 a.C.
El problema comenzó cuando, entre los cálculos de la Pascua y en el nacimiento de Cristo, surgió el deseo de establecer un calendario propio. Esta misión es más complicada de lo que parece, pues tanto en oriente como en occidente utilizaron distintos tipos de cálculos astronómicos y múltiples cronologías de la vida de Jesús. Por eso, no solo se debatían entre comenzar el año en la concepción, nacimiento o muerte de Cristo, sino que cada suceso podía tener varias fechas distintas.
Como sigue ocurriendo en países como Japón, donde el calendario gregoriano se compagina con las eras japonesas dependientes del emperador, en Europa y el Mediterráneo no era extraño el uso de varios calendarios para distintos propósitos. Por ejemplo, las indicciones eran periodos de 15 años comenzados en el 312 d.C., con el emperador Constantino, usados en ámbitos administrativos y legales. Estas siguieron aplicándose hasta el siglo XIII en registros legales, el algunos fletes privados y privilegios solemnes y hasta el siglo XVI en notarías públicas.
Inicio del año
1 de enero
El primer día de enero era el día de la circuncisión de Jesús, pero también era una fecha práctica al continuar con el año juliano. Aunque a la iglesia cristiana no le entusiasmaba la idea de continuar el legado romano, tampoco la abolió. A pesar de ello, como veremos a continuación, aunque se compartieran el sistema del calendario juliano, cada pueblo podía comenzarlo donde quisiera o situarse en un año distinto. Paulativamente, desde el siglo XIII, gracias a la ley romana y el crecimiento del humanismo, se volvería a ir recuperando, unificando el 1 de enero como fecha de inicio del año conforme se adoptaba el calendario gregoriano, proclamado el 4 de octubre de 1582.
Durante los primeros siglos del cristianismo, Europa occidental mantuvo el inicio del calendario romano, pero repartidos en distintos años. Tras el sínodo de Whitby de 664, se aplicó el cálculo de las tabla de Pascua de Dionisio el Exiguo a Northumbria, que es el usado actualmente en casi todo el mundo. En el siglo VIII, se extendería por Gran Bretaña y Europa occidental, salvo la península ibérica y el sureste de Galia bajo dominio visigodo, donde la tabla de Pascua comenzaba en el 1 de enero de 38 a.C. Por lo tanto, tenía 38 años de adelanto. Esta práctica persistió en Cataluña hasta 1180, en Aragón hasta 1350, en Valencia hasta 1358, en Castilla hasta 1382 y en Portugal hasta 1420.
25 de marzo
Cálculo pisano
El día de la concepción también provocó discrepancias. Por una parte estuvo el cálculo pisano, que se practicó en Pisa pero comenzó en Borgoña en el siglo IX. En el 926, tras convertirse en rey de Italia, Hugo de Arlés lo llevó a Lombardía. En Pisa se mantuvo hasta 1749 y en Luca se experimentaron los tres: el cálculo pisano hasta el siglo XIV, el estilo navideño hasta el 1509 y el estilo moderno o de la circuncisión a partir del 1510. También se practicó en otras localidades, como Cortona y Pistoya.
Cálculo florentino
Además de comenzar el 25 de marzo, el cálculo pisano situaba el primer año en el 1 a.C. Por el contrario, el cálculo florentino o de la iglesia inglesa comenzaba en el 1 d.C. Aunque estaba coordinado en día y mes con el calendario juliano, estaban adelantados o atrasados un año.
El cálculo florentino pudo haberse originado Poitiers o en la abadía de Fleury, Francia, y haber sido extendido por Osvaldo de Worcester (925-992). En 1112, sería adoptado por la cancillería francesa, pero su aplicación no fue total, sino que se centró especialmente en círculos eclesiásticos, en Lyon en 1201 y en Arles en 1249. El rey Felipe II de Francia (1180-1223) estableció el inicio del año el Domingo de Resurrección (mos gallicanus), que en algunas localidades se observaba en el Sábado Santo, para marcar sus conquistas y diferenciarlas de los ingleses. Este calendario se aplicó también en Tréveris, Colonia y Holanda. El edicto de Rousillon terminó con las divergencias en el país en 1564 al decretar el inicio del año el 1 de enero.
La cancillería imperial, desde Felipe de Suabia (1196-1208) a Federico II (1220-1250), la recibiría intermitentemente bajo la influencia italiana. La cancillería papal lo adoptaría con Urbano II (1088-1099), pero no de manera estable, pues hasta el papa Eugenio III (1145-1153) se iban alternando con cada pontífice, hasta que se decantaron por el estilo navideño en el siglo XIII.En Inglaterra estuvo presente desde mediados del siglo XI, aunque su uso común no llegó hasta finales del siglo XII. En documentos oficiales, se usó hasta 1752 en Inglaterra, Gales, Irlanda y las colonias, pero la influencia del continente y de Escocia, que abandonó este sistema en el 1600, se manifestó mucho antes en calendarios eclesiásticos, almanaques y periódicos, que comenzaban el año el 1 de enero.
Abandono
En la Toscana se situaban Florencia y Pisa, las dos urbes rivales que, como no podía ser de otra manera, seguían sistemas diferentes. Aunque no se creó en estas, los mantuvieron hasta el siglo XVIII. Sería Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico (1745-1765) quien los suprimiría en 1750 para adoptar el calendario gregoriano. 25 de diciembre
En Historia ecclesiastica gentis Anglorum, Beda el Venerable estimó que el primer año debía comenzar con el nacimiento de Cristo. La indicción romana o pontificia tuvo este comienzo, aunque puntualmente se trasladó al 1 de enero. También se utilizó en el Sacro Imperio Romano Germánico y en casas benedictinas de Inglaterra hasta el siglo XIV.
Otros
En el oriente griego, y en Constantinopla hasta el 462, el año comenzaba el 22 de septiembre. En Bizancio, probablemente a partir del 462, lo hizo el 1 de septiembre, coincidiendo con la
indicción griega o constantinopolitana, que los papas usaron hasta el 1087. Por su parte, la indicción imperial, cesarea,
constantina o de Beda comenzaba el 24 de septiembre. Por último, las iglesias coptas y etíopes comenzaban el 29 de agosto, 30 antes de un año bisiesto juliano.
Fuentes
- Blackburn, B. J., & Holford-Strevens, L. (1999). The Oxford companion to the year. (No Title).
- Cheney, C. R., & Jones, M. (Eds.). (2000). A handbook of dates: for students of British history (No. 4). Cambridge University Press.