¿Apolo siempre se equiparó al Sol?
Helios fue la personificación del Sol, nombre proveniente de su equivalente romano, que viaja por el cielo en su carro. Apolo fue un joven arquero, como su hermana Artemisa. A pesar de ser deidades independientes, sus diferencias irían difuminándose con los siglos. Por ello, aunque podría sugerirse que al retroceder en el tiempo nos encontraríamos con un Apolo sin cualidades solares, la realidad muestra que sus equiparaciones alcanzan la Grecia arcaica (c. 800-480 a.C.).
Desarrollo y chovinismo
Los cambios en las deidades se producen con las diferencias en las necesidades
de los creyentes. Por eso, como vimos con
Thor,
Týr
y
Set, las deidades no son iguales entre grupos con siglos o kilómetros de
diferencia o distintos estilos de vida. Este desarrollo también permite la
divergencia
o el sincretismo. Dado que las divinidades, especialmente las más importantes,
van absorbiendo cualidades ajenas, se puede suponer que en el pasado se encontraría su esencia
original. En el caso de Apolo, se esperaba estuviera desprovisto de rasgos
solares.
El razonamiento para ello tenía un sesgo preocupante. Se defendió que la religión griega carecía de un culto a la naturaleza transparente, como el Sol, y en su lugar tenía deidades suprafísicas, morales y concretas, que son supuestamente superiores, por absurdo que sea el concepto de superioridad en este concepto. Se pensaba que los griegos y los romanos tenían un culto más elevado, siendo el culto a la naturaleza propio de orientales, como los sirios.
Equivalencia de Helios y Apolo
Esquilo
Los testimonios de la naturaleza solar de Apolo se extienden, al menos, al siglo V a.C. Esquilo (525-456 a.C.) nos dejó unas líneas al respecto en Los siete contra Tebas (Ἑπτὰ επὶ Θῆβας), Las suplicantes (Ἱκέτιδες) y Básaras/Las basárides (Βασσάραι/βασσαρίδε). En la primera, la tierra de los muertos en la otra orilla del Aqueronte (856-860) se describe como un lugar por donde no camina Apolo, es decir, de oscuridad ante la ausencia del Sol. En la segunda, Danao y el coro de las Danaides sugieren la similitud de Helios y Apolo al invocar repetidamente sus haces salvadores. En la tercera, que conocemos a través de Catasterismos de Eratóstenes, Dionisio se enfada porque Orfeo abandona su culto en favor del de Apolo, comparándose al bardo tracio con Helios y Apolo por su descenso al inframundo. Además de igualar a ambas deidades, a Helios lo trata también como el propio Sol que se adora cuando amanece por la montaña.
Ahora bien, estas comparaciones no surgieron de un vacío, sino que pudo tener una fuente común con la catábasis de Orfeo en la sección 22 de De sera numinis vindicta de Plutarco. Por una parte, pudo ser el poema órfico Crátera del pitagórico Zópiro de Tarento/Heraclea, que requeriría una fuente anterior adicional al no preceder a Esquilo, o una antigua catábasis órfico-pitagórica atribuida principalmente al poeta órfico Cercops el Pitagórico. De ser así, la vinculación entre Apolo y Helios se extendería al menos hasta el siglo VI a.C.
Padre de la humanidad
El atidógrafo Filócoro (340-261 a.C.) expresó que los hombres habían identificado a Apolo como el Sol en el contexto de Helios y Ge como padres de los Tritopatores, progenitores universales de la humanidad. Filócoro quizás usó a los tritopatores para referirse a los ancestros de los atenienses, aunque sin excluir necesariamente al resto de la población. Esto parece provenir de la Física órfica de la segunda mitad del siglo V.
Menandro el Rétor
En el manual sobre la composición de elogios Peri epideiktikôn, Menandro el Rétor citó los himnos sobre la naturaleza de Parménides y Empédocles, donde identifica a Apolo con el Sol. Por Amonio de Hermia (440-517/526 d.C.) conocemos parcialmente un himno a Apolo de Empédocles, donde habla de lo divino en general, aunque según Amonio su tema inmediato es Apolo, aunque no lo identifica explícitamente con el Sol. A diferencia de Empédocles, se conocen muchos textos de Parménides, pero sin esta identificación.
Teágenes de Regio
En un escolión de la Ilíada atribuido Porfirio plantea, aunque de manera abierta, que pudiera ser Teágenes de Regio, crítico literario del siglo VI a.C., quien identificó a Apolo, Helios y Hefesto de Homero con el fuego. Esta antigua alegoría podría equiparar a Apolo y Helios del mismo modo que en el mismo texto se hace con su hermana Artemisa y Selene. Para que esta identificación tenga valor, esa cita debía ser realmente de Teágenes y, además, que Apolo se compare con Helios como el Sol, no únicamente por el fuego.
Epíteto y nombre secreto
Enópides de Quíos (490-420 a.C.) explicaba el epíteto Loxias ("Oblicuo") de Apolo, referente a la ambigüedad oracular, con el viaje del Sol por el círculo oblicuo, es decir, la eclíptica.
Eurípides (484-406 a.C.) dijo que aquellos que conocen los nombres secretos de los dioses reconocen a Apolo como el nombre mortal de Helios. Al describir la acción de Helios contra Faetón, e indirectamente contra Clímene, usa el aoristo (una forma verbal) de "destruir" (ἀπόλλυμι, apollymi) en referencia a la etimología contemporánea de Apolo. Los nombres secretos podrían ser un alusión a las iniciaciones místicas órficas y pitagóricas.
Poetas
El poeta yámbico Escitino de Teos expuso en verso la filosofía de Heráclito, donde describe los rayos de Sol como el plectro de la lira de Apolo, dos elementos que de por sí tienen carácter cósmico. Hay indecisión sobre si se sitúa en un entorno estoico o presocrático.
La poetisa argiva Telesila sostenía que la canción de Apolo llamada "Amante del Sol" (Φιληλιάς, philēliás) lo equiparaba directamente con el Sol. Este aspecto cúltico fue parodiado por el poeta cómico Estratis con la plegaria de los niños para que saliera el Sol y en la confianza de su autoridad.
Ganado solar
La historia del vidente Evenio de Apolonia de Iliria trata de la oveja de Helios que vive en la cueva cercana a la ciudad. Fundada por Gilax, posteriormente se dijo que Apolonia de Iliria fue establecida por Apolo, situándose en el lejano oriente respecto a las principales polis griegas. Esto es similar al robo del ganado en Pilos, donde, en un mito temprano, se reemplaza paradigmáticamente a Helios por Apolo.
En el Himno homérico a Hermes, Hermes lleva el ganado de Apolo a una cueva de Pilos. En esta cueva también se sitúan tanto el ganado de Neleo, fundador de Pilos, como de Néstor Gerenio. Según una versión, Neleo robó a Heracles el ganado de Gerión que, al situarse en Eritea, en el horizonte donde se situaban los "Etíopes occidentales", y las Hespérides, se podría considerar que pertenecían a Helios.
Néstor llevó una expedición a Élide, donde gobernaba Augías, hijo de Helios, que tenía doce toros blancos como los cisnes, sagrados de Helios, cuyo líder se llamaba Faetón. Su hija Agameda era hábil en la farmacopea y, como Perimede, hija de Eolo, se conectaba tanto con Circe como con Medea. La familia de Eetes, padre de Circe y Medea, pertenecía a Helios, por lo que esta similitud con Agameda y su padre Augías refuerza el carácter solar del ganado.
Piedra blanca
La pequeña necuia ("evocación de los muertos") asocia la piedra blanca (Λευκὰς πέτρα) y las puerta del Sol cuando describe cómo las almas de los pretendientes pasaban por ambas. En periodos posteriores, el topónimo homónimo se asoció exclusivamente con Apolo. Anacreonte mencionó que aquellos heridos en el amor trataban de sanar sus heridas saltando desde allí. El poema Cálice de Estesícoro (630-555 a.C.) sería el testimonio más antiguo, según el filósofo Aristóxeno de Tarento. El autor conocía los saltos de los amantes infelices en un precipicio en Leucas, donde se hace la primera asociación positiva de la roca con la isla real. El templo de Apolo en esta misma isla, mencionada por Tucídides, debió conectarse con la roca. También se asocia con los criminales arrojados o el salto durante el festival apolino, que enfatiza el aspecto cúltico. El autor del libro 24 de la Odisea pudo reflejar que esto realmente ocurría en la roca.
Vasos
Hay dos imágenes donde se muestra a Apolo con la lira y el plectro, viajando sobre el mar en un trípode, como el usado por las sacerdotisas en Delfos, y acompañado por delfines, como el que se convirtió al dirigirse al oráculo. En un ánfora de cuello, el pintor Ready del tercer cuarto del siglo VI recoge este motivo, con dos delfines y Apolo con la cítara. Una hidria del pintor de Berlín añade peces, un pulpo, un carcaj a la espalda de Apolo y alas en el trípode. En los mitos no se menciona este transporte de Apolo, pero sí para Helios, pues Heracles viajó en su copa dorada sobre el mar.
Juramentos
En un documento cívico ateniense, se evoca en varios juramentos públicos del siglo V a Zeus, Apolo y Deméter, y durante el siglo IV aparece en invocaciones estándar de los juramentos públicos atenienses. Los jueces juraban a Apolo Patroos, Deméter y Zeus, pero un relato paralelo tiene en su lugar a Helios.
Un escoliasta de Demóstenes, en Contra Meidias, afirmó que el
juramento ateniense en nombre de Apolo, Atenea y Zeus, con Apolo representando al
Sol. En juramentos del 356-355, en su lugar, aparecen juramentos a Zeus, Ge y Helios, sugiriendo que este tomó la posición ocupada hasta entonces por Apolo.
Estos indicios de los rasgos solares de Apolo se conocían durante el siglo XX,
pero fueron desechados por considerarse impropios de la cultura superior
griega. Es difícil saber si Apolo tuvo una naturaleza solar desde su concepción, pero estos indicios señalan que no fue un desarrollo tardío.
Fuente
- Bilić, T. (2020). Early Identifications of Apollo with the Physical Sun in Ancient Greece: Tradition and Interpretation. Mnemosyne, 74(5), 709-736.