El desolador viaje de Kallihirua y su huella en los mapas

Retrato de Kallihirua.
En la historia de la exploración y cartografía de nuevas tierras hay nativos anónimos que dejaron su huella pero que no fueron reconocidos. Hay casos excepcionales, como el de Tupaia, que nos permitió observar su visión del mundo. Alejado de esas aguas tropicales, Kallihirua contribuyó en la búsqueda del pasaje del noroeste.

El misterio de Franklin 

Todo comenzó con la exploración de Sir John Franklin en 1845 con el HMS Erebus y el HMS Terror. Fue una de las expediciones que pretendía cruzar del océano Atlántico al Pacífico por el norte del continente americano, como hizo Magallanes y Elcano en el siglo XVI por el sur. Aunque era una ruta donde se tenía más contacto con la costa, eran latitudes más cercanas al polo y más frías. Ambos barcos quedaron atrapados en el hielo durante un año, en el que Sir John Franklin y parte de la tripulación murió, y los supervivientes desaparecieron dirigiéndose al sur, pero esto inicialmente no se sabía.

Misión de búsqueda 

HMS Assistance atrapado en el hielo.

Durante décadas, zarparían misiones con el fin de encontrarlos. En primavera y verano de 1850 se inició una de las misiones de búsqueda. Estaba liderada por sir Horatio Thomas, capitán del HMS Resolute y Erasmus Ommanney, capitán del HMS Assistance. Estos fueron acompañados por Sherard Osborn y John Bertie Cator, capitanes de los buques de abasto Pioneer e Intrepid; los bergantines Lady Franklin y Sophia al mando del capitán ballenero William Penny y el Prince Albert comandado por Sir John Ross.

Tras un monótono viaje, el 13 de agosto alcanzaron el cabo York, en la costa occidental de Groenlandia, y, cuando se acercaron a la bahía cercana, vieron a un grupo de personas en la costa. Se trataban de inughuit, los inuit que viven a mayor latitud norte y en consecuencia conocidos como esquimales polares o montañeses del Ártico, como los llamó John Ross, quien había tenido en 1818 el único contacto con ellos hasta entonces. 

Encuentro con Kallihirua 

Dibujo de Kallihirua con vestimenta inglesa.

Al haber reclutado a Adam Beck y Carl Petersen en el sur de Groenlandia, estos pudieron hacer de intérpretes. A pesar de ello, no sabían nada del destino de la expedición perdida y negaron que los hubieran atacado. Aunque la idea inicial era volver a los barcos sin más, Ommanney sugirió reclutar a uno de los inughuit para dirigirlos en la bahía Wolstenholme, junto al fiordo groenlandés homónimo. Kallihirua (transcripción de Qalasersuaq, "gran ombligo") los dirigió a unos iglús abandonados donde se encontraban restos mortales de tripulantes del North Star, una expedición anterior para encontrar a Franklin, e inuits.

Enseñando las tumbas inuits.

Ommanney indicó que Kallihirua aceptó sin más, con confianza y sin preocuparse por recoger ninguna posesión. Meses después, William Parker Snow insistiría que Carl Petersen le explicó al inughuit y a sus compañeros que estaría con extraños y abandonaría su hogar, pero aceptaron agradecidos pues era un joven huérfano y soltero. Sin embargo, se sospecha que realmente le indicaron que lo devolverían al cabo York. Los relatos de Wolstenholme y Snow son convenientemente similares, pero el poema anónimo Kalli in the Ship en Kalli, the Esquimaux Christian (1856) de Thomas Boyles Murray menciona cómo Kalli lloraba por volver pero que el hielo les impidió el paso al cabo York. Al parecer, el hielo seguía bloqueándoles el camino en abril y se dirigieron al sur a Inglaterra.

Dibujo de una escena de caza.

En 1851, el joven Kallihirua fue educado en St. Augustine's College en Canterbury, bautizado el 27 de noviembre de 1853 en la iglesia de San Martín, cerca de Canterbury y enviado de misionero a San Juan de Terranova en otoño de 1855. Aunque se mostraba agradecido, durante su estancia en Inglaterra lamentó el clima, donde un día hacía calor y otro frío. Experimentó el mismo destino que otros nativos americanos, sufriendo de una tos constante y muriendo por bronquitis el 14 de junio de 1856.

Contribuciones cartográficas 

Mapa de Elliot R. N. y Kallihirua.

En el diario de Clements Robert Markham, guardiamarina del Assistance y futuro impulsor de las expediciones árticas, copió un mapa del teniente Elliot R. N. de la costa Groenlandesa junto a otro de  Erasmus Augustine York, apodo de Kallihirua, a mayor escala con términos nativos que habría aportado el inughuit. En Arctic Geography and Ethnology (1875), obra que pretendía englobar el conocimiento del ártico para ayudar a la expedición de George Nares y Henry Stephenson (1875-1876) a alcanzar el polo norte (90º N)., Markham reiteraría el aporte de Kallihirua e incluiría el mapa redibujado por Edward Waller, reajustándose más a las convenciones cartográficas y añadiendo detalles de la flora, fauna y condiciones del hielo. 

Mapa de Kallihirua, retocado, con la línea roja sobreimpuesta.

El mapa original de Kallihirua no se conservó, pero probablemente tuvo asistencia para crearlo. Los detalles como los topónimos esquimales "tal y como se pronuncian" y notas como el barranco por el que murieron unos nativos o donde yacen los restos de su familia sugieren que fue producto de varias conversaciones, no una empresa inmediata. Aparte, en el mapa más reciente se sobreimpuso en rojo la línea de costa de los mapas del almirantazgo para reflejar su similitud.

Supuesta superioridad cartográfica

Mapa basado en el dibujado por Iligliuk.

En 1822, en su segunda expedición al ártico, William Edward Parry pidió a los inuits que les dibujaran mapas de la costa al norte, pero ni los mapas se parecían entre sí ni aquellos que lo hacían reflejaban la costa que conocían. Aquellos dibujados por la esquimal Iligliuk fueron los que despertaron más interés, que dibujaba las zonas que mejor conocía con mayor tamaño y detalle. Con ella se produjo un intercambio donde le dibujaban la costa y le encargaban rellenar los detalles ajustándose al tamaño.

Dibujos de los mapas de madera de Ammassalik.

Su labor fue conocida en Inglaterra e inició el mito de que los inuits tenían un don innato para la cartografía, siendo una valoración que dependía de su similitud con los mapas británicos. Markham usaría a Kallihirua para, a través de su vínculo con él, convertirse en un símil de Parry. La producción cartográfica de los inuits fue puntual, como los mapas de madera de Ammassalik que el tunumiit Kuniit vendió a Gustav Holm en 1885. En su vida diaria, conservarían y transmitirían la información geográfica oralmente. No se han descubierto cartas dibujadas ni incisas en huesos, piel, piedra o marfil y la etnografía tampoco indica que usaran o crearan mapas tangibles. 

Fuentes

  • Martin, P. R. (2022). The cartography of Kallihirua?: Reassessing indigenous mapmaking and Arctic encounters. Cartographica: The International Journal for Geographic Information and Geovisualization, 57(3), 239-255. 
  • Malaurie, J. (2003). Ultima Thule: Explorers And Native In The Polar North. WW Norton & Company. 
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