Anécdotas de Quevedo
Quevedo es conocido por su ingenio que demostraba tanto en sus obras como en su vida cotidiana. Famosas eran sus disputas con Góngora en la que se insultaban con ingenio e ironía.
Entre sus famosas anécdotas se encuentra la que le sucedió al encontrarse con una mujer en un balcón. La mujer, al ver al escritor, comenzó a insinuarsele hasta que llegó a un punto en el que Quevedo subió al balcón gracias a una polea que había. Lo que ignoraba es que a la mujer le acompañaban unos amigos, que eran quienes tiraban de la polea y que todo era una broma. Cuando recorrió la mitad del tramo que va desde la calle al balcón, dejaron al escritor colgado mientras los amigos de la mujer se reían de él. Esta situación causó gran espectación entre los viandantes, lo que alertó a la guardia nocturna. Cuando llegaron a instaurar el orden preguntaron:
- ¿Quién vive?
- Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni está quedo
Al escribir con mi lápizQuizás la anecdota más famosa fue la que involucra a la reina. Los amigos apostaron a que Quevedo no era capaz decirle a la reina Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV, que sufría una cojera. A esto Quevedo dijo que era capaz de decirselo en la cara sin que se enfadase. Al parecer, la apuesta aumentó de cantidad ya que según dicen "Mil dineros pusieron sobre la mugrienta mesa y si Quevedo ganaba, recibiría otros mil del Marqués de Calatrava".
he cometido un desliz.
Resulta que he escrito tápiz,
en vez de escribir tapiz.
Allá fue, pues, nuestro ínclito personaje a cumplir su apuesta:
Llegado el día decidido se presentó Quevedo ante la soberana portando en su diestra una rosa y un clavel en la siniestra.Ahí estaba toda la corte reunida y ante público tan noble, a modo de testigos, mostró ambas flores a la reina para que admirara su textura y gozara de su aroma y entonces haciendo una reverencia le declaró:"Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja"
En esta postura
dais a entender, señor,
que vos sois la cabalgadura
y yo el herrador.
Fuentes: Manuel Guerrero Cabrera, Historia de Madrid, DesEquiLIBROS,
Este Quevedo era un crack. ¡Biopic ya!
!!!!!!!!!!!!!teneis que hacer mas paginas de estas que me hace falta para mas biografias!!!!!!!!!!
La reina de la frase, no fue Mariana de Austria, sino Isabel de Borbón, segunda y primera esposa de Felipe IV
Me parece recordar que la redondilla exacta es:
Adoptando esta postura
Me dais a entender, señor,
Que yo soy el herrador
Y vos la cabalgadura.
me gusta la longaniza
En cierta ocasión, se le solicito a Quevedo interpretar un verso a Flor de boca en el cual, expresara que Jesucristo era un borracho sin ofenderlo, todo todo con el fín de ponerlo en ridículo ante el rey.
Inmediatamente se puso de pie Quevedo y dijo: si algún francés o gabacho dijese con ironía que no es hijo de María Jesucristo, es un borracho.
GENIO!!