La polémica siempre ha acompañado al David de Miguel Ángel


En el episodio Itchy & Scratchy & Marge (S02E09) de Los Simpsons, los miembros de S.N.U.H. piden a Marge Simpson, su fundadora, que proteste ante la obscena exposición del David de Miguel Ángel que, en el programa Smartline, aparece con unos pantalones vaqueros. Este fenómeno, que parece moderno, ha acompañado a la obra desde su creación, pero siempre de manera marginal.

Problema recurrente


Aunque no se manifiesta continuamente, la mojigatería ha estado siempre presente. Un ejemplo antiguo lo tenemos en la réplica que le regaló Leopoldo II, duque de Toscana, a la reina Victoria de Reino Unido a mediados del siglo XIX, cuyos genitales estuvieron ocultos tras una hoja de higuera para evitar ofenderla. Ahora, esta se expone por separado.

Desde entonces, a los medios han llegado otros casos de polémicas donde, generalmente, son pocas personas que hacen mucho ruido. En 1999, en Shelton, Connecticut, en los Estados Unidos, se colocó una réplica en Enterprise Towers. En aquella época, la ruta del autobús escolar permitía a los alumnos visualizar la obra al completo. Aparentemente, esto molestó a una niña, que prestó demasiada atención a cómo era por debajo del ombligo. Aunque su padre le explicó su importancia y quién era, defendía que no debía mostrarse al completo.

En el siglo XXI, aquellas que han sido publicadas han ocurrido en el plazo de una década. En el 2014, no se trató de un caso de puritanismo, sino de todo lo contrario, pues la empresa fabricante de armas Armalite mostró un anuncio publicitario con la escultura sosteniendo un rifle. Lo irónico es que no faltaba la hoja tapando los genitales. En el 2016, una copia de plástico se expuso frente a la iglesia luterana de Santa Ana, en San Petersburgo. Como los niños podían verla, una mujer inició una votación para decidir si debía vestirse. Un lustro después, en la Exposición Universal de Dubái de 2020, aplazada al año siguiente por el Covid19, se expuso en el pabellón italiano una réplica de la que solo podía verse la cabeza y parte del torso, pues sobresalía estrechamente desde el piso inferior. Finalmente, en marzo del 2023, en un colegio de Tallahassee, Florida, una profesora de arte y directora tuvo que abandonar su puesto porque mostró la escultura a sus alumnos, siendo acusada por los padres de adoctrinamiento y por no notificarles de que iba a mostrar a los alumnos lo que ellos consideraban pornografía.

Esto muestra que siempre hay remilgados, pero, sea una reina o un grupo de padres adoctrinados, su alcance es limitado.

Historia

Antes de David


Su historia precede a la escultura, a Miguel Ángel y al propio mármol. Todo comenzó a principios del siglo XV, cuando los trabajadores del Duomo y los cónsules del gremio de la lana acordaron que doce estatuas adornaran las bases de los contrafuertes en el coro del extremo este de la catedral de Florencia. Se esperaban esculturas de gran tamaño pero relativamente ligeras para poder colocarlas en estas posiciones.

Nanni di Banco (1380-1421) y Donatello (1386-1466) completaron las dos primeras estatuas, de Isaac y David, respectivamente, en 1408. La estatua de Isaac se llegó a colocar en la base del contrafuerte pero, a pesar de sus 193 centímetros, se observó que se veía demasiado pequeña y se sustituyó en 1410 por una obra de Donatello, un Josué de ladrillos moldeados cubiertos de estuco y pintado de blanco que alcanzaba los cinco metros y medio de altura. En los siguientes tres años, Donatello y Brunelleschi (1377-1446) decidieron elaborar con distintos materiales a Hércules, que era el símbolo de Florencia y, especialmente, de los Médici. No obstante, el proyecto se paralizó indefinidamente.

El mármol abandonado

En 1463, Agostino di Duccio (1418-1481) hizo los pendientes a la estatua de Josué, actualmente destruida. Según rumores que rondaron Florencia décadas después, al ser colaborador de Donatello, Agostino di Duccio obtendría al año siguiente un proyecto encargado a este, pues por su edad ya no aceptaba nuevos trabajos. Sea o no cierto, la verdad es que le encargarían realizar una escultura a partir de un mármol de Carrara de cinco metros y medio, que llegaría por mar dos años después. El contrato estipulaba que la obra estaría dividida en cuatro piezas pero, para cobrar más y mostrar su maestría, prefirió mantenerla íntegra. A pesar de todo, casi coincidiendo con la llegada del mármol, el 20 de diciembre de 1466 acabó su contrato y tan solo había comenzado a modelar la figura en cera. En mayo de 1476 se encargó a Antonio Rossellino (1427/8-1479) completar su labor, pero apenas habría realizado únicamente el desbastado, desconociéndose si habría cobrado por ello.

La oportunidad de Miguel Ángel


Tras los convulsos acontecimientos que seguirían a la muerte de Lorenzo de Médici, muchos artistas huyeron de Florencia en busca de mecenazgo. En Roma, Miguel Ángel obtuvo la fama con Baco (1496-1497) y la Piedad del Vaticano (1498-1499) pero, en 1501, cinco años después de irse, volvió a Florencia. En primer lugar, iba con un encargo de tallar 15 estatuas de mármol para los nichos del Altar Piccolomini en la catedral de Siena, que habían permanecido inacabados tras el trabajo de Andrea Bregno (1418-1506) entre 1481 y 1485. Pero, aparte de eso, tenía una motivación más ambiciosa para volver.

En el patio del taller del Duomo, yacía un mármol conocido como il Gigante. Se trataba de la obra inacabada de Duccio y Rossellino, que había quedado expuesta a las inclemencias climáticas durante décadas. Miguel Ángel había oído rumores de que el patrón principal del Duomo, el gremio de la lana, planeaba seguir decorando la catedral con esculturas y que un escultor podría volver a poner sus manos sobre el enorme mármol abandonado. Ahora bien, esto suponía un enorme reto. El mármol se trabaja con mayor facilitad cuando ha sido extraído recientemente. Además, parece que presentaba grietas, aunque al respecto hay informaciones contradictorias. La cuestión es que, incluso sin ellas, era una labor complicada, pues era una pieza muy alta pero demasiado estrecha, lo que impedía añadirle profundidad. Por si esto fuera poco, Miguel Ángel no quería dividir el bloque de mármol, pues la lluvia podría penetrar las uniones, ni colocarles añadidos, pues consideraba que eso era propio de una restauración, como las realizadas en las estatuas del jardín de los Médici. Había estudiado las esculturas clásicas y deseaba superar a los grandes maestros. Por eso, aunque su cliente de Siena depositó en marzo el dinero en el hospital de Santa Maria Nuova en Florencia y firmó el contrato a mediados de junio para las estatuas de los nichos, al mes siguiente logró y aceptó un contrato con el Comité de Obras de la Catedral de Florencia. 


Miguel Ángel comenzó su trabajo en septiembre de 1501, en el propio patio, ya que se evitaba dañarlo con los traslados. En apenas medio año ya empezaba a vislumbrarse la parte superior de su figura, que acabó a principios del 1504. Dada su admiración por las antiguas esculturas paganas, creó un David desnudo inspirado tanto en icónico Hércules, símbolo de Florencia, como en Donatello. Al hacerlo, no se fijó en el David del maestro florentino, pues se consideraba un David de los Médici y un mal augurio, sino en las esculturas de San Jorge y Jeremías, como se puede observar en su pose. Dadas las dimensiones del mármol, lo talló para ser visto de frente, pues desde el lateral se aprecia la estrechez de la pieza original. Por otra parte, creó una cabeza y mano derecha desproporcionadas para que fueran vistas mejor al colocarse en la base del contrafuerte, si bien, ese no acabaría siendo su destino.


En enero de 1504, como pesaba demasiado para levantarla y colocarla en la base del contrafuerte, una reunión de artistas y arquitectos decidió que se situaría a nivel del suelo, bajo el soportal central de la Loggia dei Lanzi, junto al Palazzo della Signoria, protegido del tiempo, mirando a la plaza y sin que fuera visible de lado. Con todo, la voluntad política vale más que la voz de los expertos y se instaló en la ringhiera, una plataforma ceremonial junto al Palazzo della Signoria y sustituyendo a Judith y Holofernes de Donatello, que había sido colocada tras la expulsión de los Médici y que simbolizaba la victoria de los débiles frente a los fuertes en una causa justa. Según Francesco Filarete, primer heraldo de la Signoria, estaba colocada bajo una mala estrella, que había provocado que Florencia perdiera el control sobre Pisa.


El 18 de mayo de 1504, después de que 40 personas la transportaran durante cuatro días, fue erigida. Para ocultar su desnudez, las autoridades colocaron una guirnalda de 28 hojas de cobre, pagando al artista Raffaello di Giovanni para que las cubriese de oro. En la primera noche de transporte, cuatro jóvenes simpatizantes de los Médici le tiraron piedras, reviviendo la escena bíblica. Esta estatua no fue desvelada hasta el 8 de septiembre de 1504, el mismo día que la investidura de la nueva Signoria. De esta manera, el gobierno se erigía como un nuevo David, protector de la libertad y la justicia que garantizaba un sistema político y judicial estable. David también era el símbolo de los florentinos, que se veían como aquel que tiene las de perder pero que superaba las expectativas.

Esta escultura catapultó a la fama a Miguel Ángel, que logró inmediatamente tres encargos estatales. Gracias a ello, cuando los Médici volvieron con la ayuda de los españoles, la estatua permaneció en su lugar, donde se quedó hasta 1873. Incluso, tras unas revueltas en 1521, donde el lanzamiento de un banco le partió el brazo izquierdo en tres partes, el duque Cosme I de Médici costeó la reparación.

Nota final

Con esto se demuestra que la provocación y el uso político del arte siempre han estado ahí, pero son los valores atemporales los que persisten y debemos apreciar. Esto también es aplicable a la literatura, como ocurre con la Cenicienta, Caperucita roja, la Bella y la bestia o Pinocho, donde surgen nuevas versiones de los clásicos sin que se impidan valorar los textos originales. Al fin y al cabo, la cultura es un reflejo del pueblo y nos sirve como medios para comprender a las personas de otras épocas, lugares o grupos. Nacemos y morimos con la misma mente, por lo que seria una limitación censurar aquello que no nos gusta, privándonos tanto a nosotros como a los demás de "amueblarla" y ampliarla adecuadamente.

Fuentes

  • McClure, C. S. (2016). Sculpting Modernity. Machiavelli and Michelangelo’s David’. Interpretation. A Journal of Political Philosophy, 43(1), 111-124.
  • Kárpáti, Z. (2019). Michelangelo, the David, and Donatello. Triumph of the Body: Michelangelo and Sixteenth-Century Italian Draughtsmanship, 67-85.
  • Kamins, J. (2015). Among the prophets: Michelangelo's" David". American University.
  • Hall, J. (2005). Michelangelo: and the reinvention of the human body. Chatto & Windus.
  • Keizer, J. P. (2008). History, origins, recovery: Michelangelo and the politics of art (Doctoral dissertation, Leiden University).

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2 Comments
  • BullDog
    BullDog 9 de septiembre de 2023, 10:41

    El artículo es muy interesante, aunque el 'bardeo' no era necesario, no es culto ni exacto.
    La pieza es una obra de arte, sea o no apreciada como tal, eso es indiscutible.
    No es obscena, no obstante, y aún apreciando su valor artístico, muchas personas sienten PUDOR ante su desnudez.

    El PUDOR es un SENTIMIENTO REFLEJO que se despierta de manera natural, relacionado de cierta forma con la intimidad y la privacidad, que puede llevar a una persona a sentir variados grados de incomodidad o rechazo ante determinadas situaciones o estímulos. Es un sentimiento que, aunque en ALGUNAS personas podría hallarse exacerbado por la educación o cultura, no necesariamente es así pues no se origina en éstas sino en la NATURALEZA del propio ser. Algunas personas tienen capacidad de sentir pudor y otras no, y no todas lo sienten ante los mismos estímulos.

    Por ello, el sentir pudor no es "mojigatería", no es cosa de remilgados y mucho menos de un grupo de padres 'adoctrinados' (sea…

    • TDI
      TDI 9 de septiembre de 2023, 14:49

      Entiendo que "bardeo" no significa "limpiar la calle con manguera", como lo he escuchado siempre, sino "insultar, vituperar", como en Argentina. ¿Es por llamar "remilgados" a quienes se quejan y piden que se oculte? Creo que la palabra encaja perfectamente con la definición de "Que muestra excesiva delicadeza, repugnancia o escrúpulos".

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