Los enigmáticos troles, el pueblo oculto

Los troles son criaturas conocidas, pero totalmente inconsistentes. Mientras otras criaturas tienen elementos reconocibles, ¿cómo sabemos, sin que nos lo digan antes, que un trol de El señor de los anillos, Warcraft, David el gnomo o los propios muñecos homónimos son troles? Muchos son humanoides de gran tamaño, pero también lo son los ogros y aparentemente no tienen relación. En esta entrada nos remontaremos unos siglos atrás para saber de dónde partieron.
Serie: Seres fantásticos

Primer contacto

La primera persona de la que se tiene constancia que contactara con un trol es Bragi Boddason, el escaldo no anónimo más antiguo que se conoce. En muchas fuentes, Bragi aparece en el Valhalla, el salón de los héroes, donde los autores irían olvidando su condición humana e irían considerándolo el dios de la poesía. El contacto ocurre en el Skáldskaparmál, donde Bragi cruza un bosque en trineo o carro por la noche y una trol le desafía en un duelo poético. Entre los enigmáticos kennings (una especie de perífrasis o circunloquios) con los que define ser trol están "devorador de la rueda celestial", donde la "rueda celestial" puede referirse tanto a la Luna como al Sol, prediciendo su futuro; "succionadora de riqueza", como amenaza contra la prosperidad; "amistosa compañera de la vidente" y "fiordo-cadáver" (cementerio), como conexión a una naturaleza ctónica.

En la literatura, los encuentros sucederían desde entonces en lugares amenazantes alejados de la civilización. Se les seguiría asociando con la muerte, la oscuridad, el caos, los cambios y con el riesgo para la prosperidad. Es importante señalar que en la mitología nórdica, la oscuridad y los trastornos suelen asociarse con lo femenino, siendo notable que esta primera trol lo fuera. No obstante, el Völuspá vuelve a mencionar a los troles, aunque las traducciones suelen usar la palabra "monstruoso", como masculinos:
En el este se sentaba una anciana en el Bosque de Hierro
y cuidó la descendencia de Fenrir;
uno de ellos en forma de trol
será el ladrón de la Luna.
Los hijos de Fenrir, Sköll y Hati, tomarán forma de trol y se llevarán el Sol y/o la Luna. Mientras tanto, Fenrir abrirá sus fauces que alcanzarán cielo y tierra. De nuevo vemos como los trol se relacionan con lo salvaje y peligroso, pero ahora también su naturaleza cambiaformas.

Por otra parte, el uso del término trol en adjetivos y expresiones los relacionaba con la magia, la muerte violenta y los jötnar. Como los jötnar, se consideraban que los troles eran grandes, pero, como estos, no todos eran necesariamente gigantes, aunque el término se usara con este significado.

Y el trol se mostró

En las primeras Eddas y sagas en nórdico antiguo no se describía al trol. Solían aparecer como figuras distantes e imponentes. Sin embargo, con el cristianismo aparecen los primeros detalles. Algunos relatos son versiones más modernas de historias antiguas, donde el gigante es sustituido por un trol. Por ello tienen tamaños enormes, pero no son necesariamente peligrosos.

En Illuga saga Gríðarfóstra se describe a la trol Gríðr (mismo nombre que una jötnar de las Eddas) con orificios nasales que soplaban como una tempestad, mocos colgando sobre su boca, calva, barbuda, garras similares a las de un águila, ojos verdes, amplia frente y orejas y una camisa holgada que le tapaba el lomo por detrás y los dedos de los pies por delante. Es visible como la descripción mezcla rasgos masculinos y femeninos, humanos y animales, impúdicos y castos. Resulta que Gríðr fue transformada en trol por su madrastra (volvemos a la magia y los cambiaformas) y debía matar a quien no pudiera acostarse sin miedo con su bella hija. Sin embargo, para que Gríðr ofreciera a su hija, el solicitante debía decir tres verdades. Si todas estas condiciones se cumplían, se rompería la maldición que les afligía. Entonces Gríðr volvería a ser Signý, la hija del rey de Álfheimar ("tierra de los elfos").

Los troles no eran necesariamente una especie aparte. Una persona grande y de acciones incivilizadas podía ser llamada trol, como el líder de los vikingos de Hrólfs saga Gautrekssonar que bebía sangre y comía comida cruda. Básicamente, se referiría a quienes hoy día llamaríamos un ogro. Los rasgos de los troles, como su fealdad, tamaño o cantidad de pelo negro, tampoco tenían límite y podían exagerarse lo que fuera necesario. Por lo general, usaban cuevas como hogar.

Petrificación


Una de las características que sí suele diferenciar a muchos troles en la actualidad de otros seres es su transformación en piedra cuando son alcanzados por los rayos solares. Esta característica ya la mostraba el enano Alvíss en el Alvíssmál. En Helgakviða Hjörvarðssonar, un monstruo es convertido en piedra cuando los hombres a quienes amenazaba alargan su diálogo hasta la llegada del amanecer. Desde entonces se convierte en un punto de referencia. En la saga de Guðmundr, un hombre es acosado por una trol, que también era llamada bruja (flagð). Un sábado ella le obliga a ir a las montañas y él invoca a Guðmundr, obispo de Hólar a principios del siglo XIII, emitiendo un haz de luz que la petrifica. En la Edad Media, la petrificación era un destino habitual para este tipo de monstruos. Posteriormente, la petrificación estaba reservada para los gigantes, mientras la luz reventaba a los troles.

Debido a esta creencia, muchas rocas en los países escandinavos tienen nombres de trol o gigantes.

Demonización

Cripta de la catedral de Lund, donde se ve al gran Finn (trol) sujetando la columna.
Como ocurrió con los duendes y el propio Satán, eran habituales los relatos medievales donde se vencían las artimañas de los troles y este merecía su justo castigo en el infierno. Los troles se simplifican como monstruos paganos, demonios aliados con Satán que amenazan la vida ordenada y que son expulsados por los santos. Al igual que el diablo, que según la leyenda construyó el acueducto de Segovia en una noche, o el jötnar artesano y su caballo Svaðilfari, que acordaron terminar la muralla de Asgard en tres meses, los troles también eran trabajadores veloces.

Se cuenta que un trol le ofreció a San Lorenzo construir rápidamente la catedral de Lund si se cumplía cierta condición: que le llamara por su nombre, que el santo desconocía. Si el trol no cumplía la obra, debían entregarle el Sol y la Luna. Si San Lorenzo incumplía el trato, se llevaría sus ojos. El trol construía a buen ritmo, por lo que San Lorenzo vagó intranquilo y se durmió agotado en un montículo a las afueras de Lund. Dentro del montículo oyó a una trol decirle a sus hijos que se estuviesen quietos, que su padre Finn le traería para jugar el Sol y la Luna o los ojos de San Lorenzo. Cuando volvió a encontrarse con el trol, San Lorenzo se dirigió a él por su nombre y le dijo que no le pagaría hasta que terminara la catedral. Enfurecido, agarró un pilar para tirar abajo el templo, pero San Lorenzo se lo impidió con el poder de Dios. Desde entonces, el trol y su familia permanecen agarrados a las columnas en la cripta de la catedral de Lund.
A la izquierda, un gnomo en una mina. Arriba una bruja cabalgando al revés un dragón. A la derecha, un trol. Olaus Magnus -  Historia de gentibus septentrionalibus (1555)

No obstante, la historia es posterior a la catedral y las figuras en las columnas podían representar a otros personajes, como Sansón.

Ocultos

Una constante es que los troles suelen estar ocultos, siendo llamados la gente oculta (Noruego: huldrefolk; islandés: huldufólk). Según una leyenda sueca, Eva tuvo tantos hijos que, avergonzada ante Dios, los ocultó. Cuando este fue a verlos le dijo que, ya que si ella quería que permanecieran ocultos, nadie podría verlos, volviéndolos invisibles.

Algunos detalles suelen cambiar, como la razón para esconderlos, que puede ser no haberlos lavado. En vez de Eva, puede ser Lilith o Lucía, su "primera esposa", o un grupo de mujeres. Otras leyendas los consideran ángeles caídos.

El peaje del trol

Trol bajo el puente de Las tres cabras macho Gruff
El trol que vive bajo el puente y pide una moneda para permitir cruzar es un invento relativamente reciente. Apareció en Norske Folkeeventyr ("Leyendas noruegas", 1841) de Peter Christen Asbjørnsen y Jørgen Engebretsen Moe. Cuando se tradujo, el cuento de Las tres cabras macho Gruff  popularizó el trol con ojos como platos y una nariz tan larga como un atizador que vive bajo un puente. En el cuento, tres cabras de distinto tamaño cruzan individualmente el puente para llegar a mejores pastos, pero el trol les amenaza. La pequeña y la mediana aluden a que serán un bocado insuficiente, que debería comerse a su hermana mayor, pero cuando llega esta, lo empuja y lo tira del puente.

Cajón de sastre

El término trol fue pasando a ser un cajón de sastre para describir a cualquier cosa mágica o encantada. No tenía que ser grotesca ni incivilizada. Un humano, un fantasma o un mago malvado podía ser un trol, aunque su tamaño seguía siendo su rasgo definitorio. El folclorista sueco Gunnar Olof Hyltén-Cavallius observó en Wärend och wirdarne que en el sur de Suecia, de manera excepcional, los troles eran seres pequeños aislados de la sociedad que no pertenecían a la comunidad cristiana. El uso de la palabra era tan amplio que la única diferencia clara es que vivían fuera de la comunidad humana.

En los cuentos de los siglos XIX y XX, aunque los troles siguen haciendo tareas de los jotunn, como mover montañas, y siguen amenazados por Thor trollebane ("asesino de troles"), ya no suponen necesariamente una amenaza. Incluso, invirtiendo sus rasgos, pueden ser buenos vecinos. En cuento, la castigada es la humana que, cuando un trol le pide harina, cerveza y leche, esta le miente y le dice que no tiene. Cuando el trol se va, la mentira se vuelve real, ya que su despensa está vacía. Otros troles mantienen las normas, asustando a quienes no las acatan, como aquellos que trabajan u obligan a trabajar por la noche o quienes faltan a la misa. También se decía que los troles recibían comida cuando alguien maldecía, no bendecía la mesa o se cocinaba sin lavarse las manos.

Pero no todos los troles se volvieron buenos. Los había que secuestraban, especialmente mujeres de parto. Se aconsejaba tocar la campanas cerca de su morada para alejarlo. No obstante, algunos secuestrados informaban a su familia que tras el secuestro vivían mejor.

Internacionalización

A partir del siglo XIX, los troles se internacionalizan. No solo con Norske Folkeeventyr, sino con Dødningen (1830) o Elverhøj (1845) de Hans Christian Andersen, aunque sin la influencia de los primeros debido a que las traducciones no usaron el término trol. Lo mismo ocurrió con las traducciones anteriores al latín de los textos en nórdico antiguo, donde la palabra trol era traducida como gigante. Aunque en los países escandinavos había multiples interpretaciones de los troles, la dominante en el mundo fue la noruega.

Otros usos

Aparte de los usos en las lenguas escandinavas, la palabra trol tiene actualmente multitud de acepciones. En los negocios, un trol es quien hace dinero a base de denuncias de supuestas violaciones de patentes. En Internet se refiere a quien publica comentarios fuera de temas o falacias ad hominem. También conviene recordar a los diminutos muñecos de colorida melena ascendente.

¿Por qué a los troles de internet se les llama así?

En este caso, el uso del término viene de su comportamiento, haciendo referencia al término pesquero trolling, es decir, la pesca al curricán donde se suelta el cebo y se arrastra por detrás tuya mientras te mueves. Básicamente, los troles de Internet publican un mensaje provocador que atrae las atención y desvían a los usuarios y al tema a su antojo.Por eso con el mensaje "no alimenten al trol" se indica que no le sigan la corriente.

Fuentes

  • Lindow, J. (2014). Trolls: An unnatural history. Reaktion Books.
  • James R. M. (2014). Trolls: From Scandinavia to Dam Dolls, Tolkien, and Harry Potter. James and James.
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