Los sabios antediluvianos que trajeron la civilización a los humanos
En los documentales de extraterrestres se suele atribuir cualquier obra antigua extraordinaria a una intervención extraterrestre pero, en los mitos mesopotámicos, hubo siete sabios (Sumerio: Abgal; acadio: Apkallū) antediluvianos de procedencia divina envueltos en misterio que enseñaron la civilización a los humanos.
Quiénes son
Son sacerdotes, exorcistas o adivinos de la corte de Enki/Ea provenientes de Eridú, donde estaba el templo principal de este y las aguas subterráneas (Sumerio: Abzu; Acadio: Apsú) que dominaba. No obstante, hay variaciones que lo sitúan bajo el mando de otras deidades, como Damkina, Gula, Enlil, Adad, Marduk, Nabu y Gerra. Según la Epopeya de Gilgameš, construyeron las murallas de Uruk. Son seres que enseñaron a los humanos el arte de la civilización. Los textos babilonios y neoasirios indican que los reyes antediluvianos tenían a estos sabios como consejeros. En el mito del diluvio de Ziusudra, el último de estos sabios era el último rey antediluviano de Šuruppak. En relatos posteriores, este era conocido como Atraḫasis ("Extremadamente sabio") o Utnapištim (“Encontró vida”). En el poema de Erra e Ishum, Marduk, enfurecido, les obliga a permanecer en las aguas subterráneas.
Nombres
Tras el diluvio, se utiliza su nombre para designar a sabios, como Marduk-šum-uṣur, adivino jefe de Asurbanipal; los reyes Shulgi (2095-2047 a.C.), Enlil-bāni de Isin (1861-1837 a.C.), Hammurabi (1792-1750 a.C.), Nabucodonosor (1126-1104 a.C.), Senaquerib (705-681 a.C.) y su esposa Naqia, Asarhaddón (680-669 a.C.), el propio Asurbanipal (669-631 a.C.) y una reina de Arabia del siglo VII a.C., como Apkallatu para las mujeres.
El término ummānum/ummânum (artesano, especialista, erudito o prestamista) se usa como sinónimo de sabio. En la Lista de reyes de Warka (Uruk), los consejeros reales antediluvianos son apkallu y los posdiluvianos son ummānu. Los primeros habrían transmitido su sabiduría a los segundos, pues el reino sobrenatural se ocultó tras el diluvio.
Aunque los relatos tienen muchos puntos en común, un misterio son sus nombres y formas. Beroso el Caldeo (280 a.C) identifica a tres como Oannes (U'an), Annedotos y Odakon. En la tablilla de Uruk (W 20030,7), sus nombres son U'an, que completó los planes del cielo y la tierra; Uanduga, a quien se le otorgó inteligencia comprensiva;, Enmeduga, que se le otorgó un buen destino; Enmegalamma, que nació en una casa; Enmebulugga, que nació en tierras de pastos; Anenlilda, el exorcista de Eridú y Utu'abzu, que ascendió a los cielos. Hubo sabios inmediatamente después del diluvio: Nungalpiriggaldim, que bajó a Ištar del cielo y fabricó el arpa decorada con bronce y lapislázuli; Piriggalnungal, que enfureció a Adad; Lu-Nanna (2/3 apkallu) que expulsó el dragón del templo de Ištar.
Adapa
Tras el diluvio, el humano Adapa, sacerdote de su padre Ea en Eridú, tenía sabiduría pero no inmortalidad. Al pescar en el Tigris, su barca volcó por un fuerte viento del sur que venía del mar. Enfadado, Adapa le rompió el ala a este viento y evitó que soplara durante una semana. Cuando el dios Anu le pidió explicaciones, Ea le recomendó trabar amistad con Dumuzid y Gishzida, guardas de las puertas del cielo; evitar alimentarse y beber allí, pues moriría de hacerlo; ponerse la ropa y aplicarse el aceite él mismo cuando se lo ofrezcan. Así lo hace. Primero, va con ropa de luto, informando a los guardas que lamenta que no estén en la tierra. Luego, rechaza el alimento y agua de la vida. A continuación, se pone él mismo la ropa y el aceite ofrecidos. Al llegar a Anu, este se ríe de sus actos, rechazando el pan y el agua de la vida que le otorgarían la inmortalidad y preguntando qué mal había causado Adapa a la humanidad, que Ninkarrak se encargaría de la enfermedad que hubiera llevado.
Fue asimilado con el sabio U'an, como ya reflejaba Beroso, convirtiéndose en el primer milenio antes de nuestra era en un ejemplo de sabiduría y héroe de la cultura antediluviana.
Aspecto y usos
Aunque el término ya se usaba en sumerio en el tercer milenio antes de nuestra era, las representaciones conocidas datan del primero. Suelen aparecer en el arte glíptico, como los sellos y monedas; en los relieves palaciegos, especialmente flanqueando un árbol de la vida frente al trono; como colosos flanqueando las entradas para mantener fuera a los malos espíritus; figuras apotropaicas, es decir, protectoras, bajo los cimientos de los edificios, y en amuletos. Se representan de perfil, en pie o arrodillados, con una túnica que les llega a los tobillos, aunque pueden aparece desnudos. Suelen reconocerse por el cubo (banduddû) y el cono (mulillu) y dos o cuatro alas, aunque pueden mostrarse sin ellos. Su participación en un combate es un detalle excluyente.
Humano (umū-apkallū)
Lleva corona de cuernos para indicar su divinidad. Suele ser masculino y con barba, pero la ausencia de esta o las ropas distintas sugieren la posibilidad de sabias femeninas. Podría relacionarse con la frase "día que da vida a los caídos" (ūmu ša ana šagši balāṭa inamdinu), donde el ūmu en común significaría "día" o "tiempo climático" y se referiría al último rey de Šuruppak. Otra hipótesis lo vincula con Oannes como ummiānum. Este comenzó a mostrarse durante el reinado de Asurnasirpal II (883-859 a.C.) con dos alas, alternando entre dos o cuatros durante el reinado de Sargón II (721-705 a.C.) y fijándose con cuatro alas en el reinado de Senaquerib. Aparece solo, con otros sabios y, en un caso, con el hombre-bisonte. Sus figuras podían hacerse de madera de cornejo (Cornus), pues se creía que tenía poderes curativos. Los palos de cornejo (e'ru) o de siete demonios se usaban para purificar el cuerpo y se cuenta que Marduk lo usó para golpear la cabeza del dragón o serpiente que quería devorar la Luna.Carpa
El sabio con túnica de carpa (purādu) no es el anterior con un disfraz, sino un ser con características humanas e ictícolas. Estos no tienen un nombre que los distinga y no son referidos con el determinativo divino, razonándose que los aparentes cuernos de su corona son realmente branquias. En Erra e Ishum, Marduk lamenta no encontrar a los siete sabios del Apsú, la carpa divina, que santifican su cuerpo y son perfectos en la sabiduría de Ea, su padre. Según Beroso, Oannes surgió del mar Eritreo, junto a Babilonia, con pies humanos, cuerpo de pez y una cabeza humana bajo la de pez. No comía, pero hablaba como los humanos y enseñó ciencias y letras, a fundar ciudades, a cultivar y todo lo necesario para mantener la civilización antes de volver al mar al crepúsculo. En la literatura del siglo XX, se identifica erróneamente con el dios Dagán.
Cabeza de pájaro
El sabio con cabeza de ave, también llamado Nisroch por su mención bíblica (2 Reyes 19:37; Isaías 37:38), probablemente tenga su hogar en el cielo. Cuando está acompañado del hombre-bisonte y sirvientes de Šamaš, el dios solar y de la justicia, es posible que actúe como juez. Sus antecedentes conocidos no son sumerios, sino paleobabilónicos o de Mitanni, apareciendo por primera vez en sellos en el periodo Asirio medio (1350-1050 a.C.), popularizándose en el periodo neoasirio pero desapareciendo en el periodo seléucida (312-63 a.C.)
Nefilim
Inmediatamente tras diluvio, se refleja algunos de estos sabios o sus descendientes, lo que podría tener un eco bíblico (Génesis 6:1-4) en los hijos de los vigilantes. Como Caín, fundaron ciudades e incurrieron en la ira divina con su arrogancia.
Fuentes
- Black, J., & Green, A. (1992). Gods, demons and symbols. Ancient Mesopotamia,(London, 1998), 108-109.
- Gane, C. E. (2012). Composite beings in Neo-Babylonian art (Doctoral dissertation, UC Berkeley).
- Kilmer, A. D. The Mesopotamian Counterparts of the Biblical NĔPĪLÎM. Essays and Poems in Honor of FI Andersen’s Sixtieth Birthday, 39-43.