¿Por qué los sultanes otomanos llevaban turbantes tan grandes?
Si algo identifica a los sultanes otomanos, como Solimán el Magnífico (1494-1566), es su descomumal turbante. Tiene un tamaño que deja de ser práctico y se vuelve hasta ridículo. ¿Qué justificaba su tamaño?
Forma de vestir

A pesar de la diversidad étnica de las comunidades islámicas y las distintas afiliaciones religiosas, Oriente Medio compartía vestimentas y adornos. El más pobre podía conformarse con una camisa para acompañar al pantalón holgado, pero a mayor posición se esperaban más capas y detalles, empezando con túnicas abiertas por delante, chaquetas abotonadas, mangas ajustadas, una faja y siguiendo con caftanes con mangas largas o cortas. Estos principios servían para hombres y mujeres, pero los detalles diferían en cada sexo, etnia, posición económica y religión.
El turbante era un complemento preislámico atestiguado entre los uigur, un pueblo túrquico, en el siglo VIII d.C. Entonces ya se enrollaba sobre un sombrero o tocado alto tanto en hombres como mujeres. Con la rápida extensión del islam y posteriormente de los otomanos, era un complemento habitual y muy identificativo, pues variaba mucho según las características socioeconómicas mencionadas. Estas diferencias fueron reguladas por el sultán Mehmet II (1444-1445, 1451-1481) poco después de la conquista de Constantinopla en 1453. Todos los miembros de la burocracia otomana, incluyendo funcionarios de palacio, provinciales y de la jerarquía militar, tenían una forma y tamaño concreto de turbante. Las mujeres llevaban sombreros sin visera con velos que las cubrieran o envueltas en capas de tela apretadas. Salvo en casos excepcionales, como los médicos de palacio, los no musulmanes debían hacer evidente su inferioridad, por lo que tenían prohibidos ciertas formas y colores, del mismo modo que no podían portar armas. Con esta obligación, comenzaron a dejarse los turbantes en las lápidas o se tallaron en piedra para reflejar la posición del difunto, forzándose en el siglo XVIII a mostrar la afiliación.
Como eran de uso obligatorio en público o en el trabajo, servían como una especie de carné de identidad. Quitárselo era indigno, una muestra de la pérdida del honor, de hombría y del control o gesto de humildad, a diferencia de en el comienzo del islam, cuando era común desprenderse de él en el verano. Esta actitud ya estaba presente antes del mandato otomano. Por ello, si una persona, especialmente un hombre, aparece sin él, tiene que poseer un motivo que lo humilla o rebaja de su posición, como estar borracho, en terapia médica, bañándose, copulando, muriéndose, ser niños, condenados o sometidos.
Gobernantes y el islam
Aunque ya usaran los turbantes antes del islam y en periodo otomano se extendiera por Europa, estaba muy ligado a los musulmanes. En los hadices, Mahoma dijo: "Vestid turbantes y distinguios de las comunidades religiosas que os precedieron", "los turbantes son la marca del islam" y "los turbantes distinguen a los creyentes de los infieles". El propio Adán se mostraba con corona persa en el Edén pero el ángel Gabriel le enrolla un turbante cuando es expulsado. No obstante, dada la extensión geográfica y temporal del islam, entre los gobernantes no existe la homogeneidad que a veces se espera. Por ejemplo, en la península ibérica, durante el Califato omeya, se prefería el turbante a la corona, que se consideraba cristiana. Mientras tanto, en el Califato abasí, especialmente en la dinastía búyida, el Imperio gaznávida y el Sultanato selyúcida, que compartían la herencia de la corona persa, esta mantuvo su prestigio.
El tamaño era importante en las élites otomanas, que se tomaban muy en serio el protocolo de los turbantes y eran signo de la distinción de clase. Podían añadirle flores, gemas o una pluma de grulla. El estilo podía tener importancia simbólica, como los turbantes yûsufî atribuido al profeta José o los 12 vueltas de la tela en torno al gorro, reflejo de los 12 imanes, descendientes de Mahoma y guardianes del islam en la fe chiita. De igual modo, cada sultán solía distinguirse con un estilo propio (p.ej. molla örfü, yûsufî, selîmî, kallâvî, etc) que lo destacara a él y a su autoridad sobre sus súbditos. El sultán Selim I (1512-1520) reforzó la distinción al considerar que el soberano no podía vestir como otras personas que asistían a la corte. De este modo, su sucesor Suleiman I (1520-1566) aprovechó para sobresalir a la vista. Estos turbantes no se usaban todo el tiempo, sino que se llevaban en público, pues tendían a limitar la movilidad. En los sultanes, los turbantes tenían tal importancia que, cada viernes, se realizaba la "procesión del turbante". Media hora antes de que el sultán llegara a la mezquita a la oración del mediodía, dos pajes desfilaban a caballo con los turbantes imperiales, inclinándolos a cada lado y saludando a los espectadores, como también ocurría en la coronación.
El endurecimiento de los códigos de vestimenta de Suleiman I fijó los estilos de vestimenta, reflejando a su vez la aparente menor movilidad social que se reflejó desde su reinado. Con las extensas reformas de Mahmud II (1808-1839) para acabar con el poder y los privilegios de las clases religiosas y militares, especialmente los jenízaros, en 1829 se legisló un nuevo código de vestimenta que se extendió desde el ejército al resto de la población. El fez sustituyó al turbante hasta 1925 con las reformas de Atatürk.
En ese largo periodo, el tamaño del sultán fue motivo de burla tanto en oriente como en occidente, como ilustró Jacopo Ligozzi (1547-1627) en Mufti y el monstruo, donde pretende ofrecer un contraste con el papa, o el personaje cómico musulmán de Nasrudín.
Fuentes
- Jirousek, C. (1995). More Than Oriental Splendor: European and Ottoman Headgear, 1380–1580. Dress, 22(1), 22-33.
- Dankoff, R. Turban and Crown: An Essay in Islamic Civilization.
- Faroqhi, S. (2016). A cultural history of the Ottomans. I.B. Tauris.
- Quataert, D. (1997). Clothing laws, state, and society in the Ottoman Empire, 1720–1829. International Journal of Middle East Studies, 29(3), 403-425.
- Person, F. N. The great hat revolution.