Fauna prehistórica descubierta en Colombia

Igual que otros países americanos como los Estados Unidos, México o Argentina, se podría pensar que Colombia también ha sido cuna de numerosos descubrimientos paleontológicos, pero la mayoría son bastante recientes.

Para quienes no estaban cuando se publicaron las entradas anteriores, se dedican a los países hispanohablantes con mayor número de visitantes al blog (hacerlo con EEUU. sería demasiado fácil), compartiéndose aquellas criaturas descubiertas por primera vez en el país correspondiente.

Padillasaurus leivaensis

Por Dhescobarj [CC BY-SA 4.0 ], de Wikimedia Commons
En la edad barreniense, en el Cretácico inferior, hace 130 millones de años vivía un saurópodo braquiosáurido, o quizás del clado Somphospondyli, en la actual Colombia. En la época actual, en 1990, en la formación Paja, situada en la cordillera oriental de los Andes colombianos, se encontraron unas vértebras de tronco, sacro y cola. Se estimó que mediría entre 16 y 18 metros de longitud y un peso de 10 toneladas.

Debe su nombre al Dr. Carlos Bernardo Padilla, fundador del Centro de Investigaciones Paleontológicas de Villa de Leyva, y a la propia Villa de Leyva donde se recogieron las muestras. La importancia de su descubrimiento radica en ser el primer dinosaurio descubierto y descrito oficialmente en Colombia. Descrito oficialmente en 2015, es la razón por la que he empezado diciendo que el registro paleontológico colombiano no es tan extenso como cabría esperar, aunque, como veréis a continuación, en la última década se han revelado muchas criaturas prehistóricas inéditas.

Candelarihynchus padillai

Hace veinte años se extrajeron piedras de una cantera en Boyacá para la construcción de los pasillos del monasterio de La Candelaria, en las afueras de Ráquira. En 2015, un niño de 10 años vio que en una de las losas parecía haber un pez.

Resultó ser un pez del Cretácico superior, hace 90 millones de años. Medía 40 centímetros de longitud. Su nombre hace mención al monasterio, a la palabra griega para "nariz" y, de nuevo, al Dr. Carlos Bernardo Padilla. Es el primer tipo de fósil de su tipo que se descubre en sudamérica.

Acherontisuchus guajiraensis

Más recientemente, hace 60 millones, en el Paleoceno, vivía un cocodrilomorfo. Todos los especímenes encontrados hasta ahora se han descubierto en la formación Cerrejón al noreste del país, en el departamento de La Guajira.

Descrito en el 2011 por un equipo estadounidense, su nombre significa "cocodrilo de Aqueronte de La Guajira", haciendo referencia al río Aqueronte de la mitología griega porque vivía en un río prehistórico que desembocaba en el Caribe. Medía entre 4,66 y 6,46 metros, con un hocico largo y ancho, cuya cabeza tenía una longitud de 72-86 cm de longitud. Era principalmente piscívoro. Coexistía con la Titanoboa cerrejonensis.

Titanoboa cerrejonensis

Por Ryan Quick from Greenbelt, MD, USA (Titanoboa 1) [CC BY 2.0 ], via Wikimedia Commons
Contemporánea al A. guajiraensis, compartía también su hábitat, por lo que también se encontró en la formación Cerrejón. Se trata de una boa, es decir, una serpiente constrictora. Alcanzaba entre 13 y 14,3 metros de longitud y 1135 kg de peso. Debido a su tamaño, se puede estimar que habitaba con una temperatura media anual de 30-34ºC, aunque se ha criticado esta estimación debido a que, debido a su tamaño, el calor corporal que produciría la sobrecalentaría, por lo que la temperatura ambiental debería haber sido entre 4-6º menor.

Aunque se creyó inicialmente que era un superpredador de su ecosistema, su género era predominantemente piscívoro. Su nombre significa "boa titánica de Cerrejón".

Cerrejonemys wayuunaiki

"Coal turtle", Carbonemys cofrinii
Tortuga podocnemidae, caracterizadas por ocultar su cuello de forma lateral, que vivió hace 60-58 millones de años en la formación Cerrejón, junto con el A. guajiraensis y la T. cerrejonensis. Se trataba de una tortuga de un metro de longitud y 54 cm de ancho, pariente de las actuales tortugas de los ríos Magdalena, Orinoco y Amazonas.

Su nombre, además de hacer referencia a la formación y a ser una tortuga de agua dulce (emys), hace mención al idioma del pueblo Wayuu de la península guajira.

Carbonemys cofrinii

Por AuntSpray [CC BY-SA 3.0 ], de Wikimedia Commons
Tortuga de la misma familia que la C. wayuunaiki, con la que también compartía época y hábitat, ya que también se encontró en la formación Cerrejón. Sin embargo, su tamaño es mayor, ya que su caparazón alcanzaba 1,72 metros de longitud y su cabeza 20 centímetros de longitud. Se trataba de una criatura omnívora, alimentándose incluso de pequeños cocodrilos.

Su nombre significa "tortuga (de agua dulce) de carbón de Cofrín", en honor a David Cofrín por su apoyo en el descubrimiento y porque se encontró en una mina de carbón.

Anthracosuchus Balrogus

Anthracosuchus balrogus skeletal
También encontrado en una mina de carbón en la formación Cerrejón, siendo un cocodriloforme dirosáurido como el Acherontisuchus guajirensis, con el que compartía zona y hábitat. Medía 5 metros de longitud y pesaba 410 kg. En los fósiles encontrados destaca su hocico romo, que combinado con sus poderosos músculos mandibulares le proporcionarían una poderosa mordida.

Su nombre, como el de la tortuga C. cofrinii, menciona el carbón de la mina donde fue encontrado, aunque usando un término griego (Anthraco). También hace mención a Balrog, los maiar corrompidos por Melkor en El señor de los anillos.


Fuentes: la paleontologia en ColombiaFosilLa paleontologia en colombiaLivescience
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